revista de aeronáutica y astronáutica / julio-agosto 2022
AS-332 en las unidades SAR 553
que estaban dando los AS-330 Puma,
de la misma empresa, operados en
el 402 Escuadrón de Transporte de
Personalidades, que ya habían demostrado
su buen comportamiento
y capacidad en misiones SAR.
Al inicio de la década de los 80 se
acordó la compra de 12 helicópteros
a la misma empresa francesa, cuatro
para cada uno de los escuadrones
de Búsqueda y Salvamento.
Antes de su recepción se sopesó
adquirir 10 con configuración SAR
(tres para cada uno de los escuadrones
ubicados en los archipiélagos y
cuatro para el escuadrón peninsular) y
dos versión VIP que, junto a los Puma,
garantizaran la continuidad de las operaciones
de traslado de autoridades.
La llegada de los primeros Superpuma
en el año 1982 supuso un punto
de inflexión en las operaciones de
salvamento. Los tres escuadrones
SAR y el 402 Escuadrón VIP los recibieron
con gran expectación. Se
adaptaron los planes de instrucción
y adiestramiento y en un tiempo record
comenzó a darse a conocer en
todo el territorio nacional.
El ruido característico de sus motores,
acompañado por el del flapeo
de su rotor se convirtieron en un sonido
muy familiar en el ámbito de las
instituciones con responsabilidades
en salvamento, llegándole a bautizar
como «el sonido de la vida».
El HD-21, denominación SAR nacional,
posibilitó la realización de
las operaciones las 24 horas del
día, los 365 días del año, además
de permitir aumentar considerablemente
el radio de acción de las
misiones de rescate y su capacidad
de carga.
Poco a poco, tanto las unidades
militares como los organismos civiles,
se dieron cuenta de sus altas
prestaciones. los rescates en el mar
y en la montaña, sus actuaciones en