SECCIONES - APUNTES DE EDUCACIÓN FÍSICA
LA ECEF INVESTIGA:
RESPUESTA PSICO-FISIOLÓGICA,
LÍNEAS ACTUALES Y FUTURAS
José Juan Robles Pérez
Comandante de Infantería
En esta tercera entrega de La ECEF
investiga, les proponemos otras
preguntas distintas a las anteriores.
Han pensado alguna vez ¿estoy
preparado físicamente para una
situación de combate?, ¿y psicológicamente?,
¿qué necesitamos para
estar preparados?, ¿con qué demandas
nos podemos encontrar?,
¿se sabe algo de este tema desde la
ciencia?
Pues bien, según investigaciones
realizadas, se han encontrado
en diversos estudios, tales como
Berengueras (2010), importantes
diferencias en las demandas energéticas
y psicológicas en una situación
de combate. Desde la ECEF, en
el estudio realizado por Clemente y
Robles (2012), con 26 participantes
se encontraron diferencias significativas
entre el combate simétrico
y asimétrico, encontrando que
los valores de esfuerzo fisiológico y
activación cortical fueron diferentes
claramente encontrando, para
el caso de combate asimétrico con
5,08 mmol de lactato plasmático y
el de combate simétrico 9,28 mmol,
lo que indica que si bien hay diferencias
la línea de trabajo parece ser la
de un trabajo completo con importante
componente muscular y anaeróbica.
Por otro lado en investigaciones
como Clemente y Robles (2013),
encontramos que tras un esfuerzo
fisiológico de alto desgaste y con
alto nivel de pulsaciones, no solo no
se perdió fuerza muscular, sino que
además se ganó por adrenalinosis,
lo que cambia nuestra comprensión
sobre qué está pasando en este tipo
de situaciones. Algo similar se obtuvo
en las investigaciones sobre perdida
de habilidades motoras finas,
donde autores como Berengueras
(2010), subrayaban la perdida de las
mismas con un alto nivel de pulsaciones.
114 / Revista Ejército n.º 954 • octubre 2020
Mientras que esta investigación
en la ECEF encontró que con
personal instruido no solo no se perdía,
sino que se llegaba a ganar en el
tiempo de habilidades motoras finas
como puede ser una acción de municionamiento.
Lo que parece indicar
que con la correcta preparación
y el trabajo en estrés podemos mitigar
la perdida de capacidades específicas
del combatiente en situaciones
de estrés.
Otras investigaciones
como
Robles (2014),
demuestran que
efectivamente la
adaptación específica
del combatiente
al tiempo de
reacción nos permite
mejorarlo, siempre
que este sea específico,
tanto en aplicación
a tiro y a combate cuerpo a
cuerpo, lo que complementa
a las investigaciones realizadas
por Quel (2003), quien encontró que
no hay diferencias significativas en
tiempo de reacción entre atletas de
alto rendimiento de karate y personas
sedentarias. Pero estas diferencias
fueron inespecíficas, mientras que en
situaciones militares de combate si es
mejorable el tiempo de reacción ante
una agresión, mediante un entrenamiento
específico del mismo.
Todas las claves expuestas, nos indican
la necesidad de seguir investigando
en la preparación físico-operativa,
en el combate, en el tiro y en
todas las actividades militares que
nos permitan seguir mejorándonos y
manteniendo aquella máxima de «el
sudor en la instrucción, ahorra sangre
en el combate».■