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uno de los miembros de la unidad habían
recibido la preparación necesaria
y suficiente para afrontar con garantía
los compromisos que como gran unidad
se recibían.
Dentro del programa de sistematización
en vigor, merecen señalarse,
por un lado, la así denominada
CIMA (Capacitación Integral Mando
Us AC/MZ), y por otro el SCCR
(Sistema de Certificación de Preparación
para el Combate), acciones
formativas y de certificación que
permiten a los cuadros de mando
recién incorporados a nuestras unidades
adquirir los conocimientos y
la pericia necesarios para operar y
liderar unidades dotadas con distintas
plataformas. Estas acciones se
implantaron para asegurar la debida
aptitud de nuestras unidades y proporcionar
a estos cuadros de mando
recién egresados de las distintas
academias, o que proceden de otras
unidades del Ejército de Tierra, dotadas
con diferentes materiales, una
oportunidad para actualizar sus conocimientos
acerca de las distintas
plataformas que encontrarán en la
Brigada.
Mediante estos programas adquirimos
la aptitud necesaria para afrontar
lo más complejo, el combate
convencional, capacidad que nos
permitirá adaptarnos, cuando sea
necesario, a los distintos cometidos
que podamos recibir, tanto dentro
como fuera de nuestras fronteras, en
operaciones de mantenimiento de la
paz o en otros compromisos de diferente
índole. Allá donde se nos convoca,
desplegamos con conocimiento
y buen hacer, siendo buen ejemplo
de ello las misiones realizadas por la
Brigada en todos aquellos escenarios
donde España desplegó: Bosnia
y Herzegovina, Kosovo, Líbano,
Iraq o Letonia, etc. En todas ellas se
han alcanzado altas cotas de eficacia,
valgan como muestra las primeras
posiciones alcanzadas este mismo
2020 por nuestras tripulaciones
de Leopardo y Pizarro en el concurso
IRON SPEAR, celebrado entre distintos
equipos participantes en la operación
eFP en Letonia.
Aunque este trabajo habla principalmente
de los avatares de nuestra unidad,
en el marco institucional hay que
reconocer el apoyo y la especialísima
relación que la Brigada disfruta con
las instituciones civiles de Córdoba y
Jaén. Sin su apoyo constante, nuestra
labor habría sido imposible en numerosas
ocasiones.
Es difícil de explicar el grado de
aceptación de una gran unidad
como esta en la sociedad jienense o
cordobesa. La presencia en los MCS
locales es diaria, la repercusión de
nuestras actividades inmediata, las
solicitudes de colaboración institucional
constantes. Pero quizás lo
más destacable sea el cariño que
se percibe en el trato diario. No en
vano, somos casi 3000 los miembros
de la Brigada que moramos en
la campiña cordobesa, cuya sociedad
percibe como miembros de propio
derecho.
No quiero dejar pasar la ocasión de
mencionar a nuestro Regimiento 45
El Garellano, que si bien no comparte
con el resto de la Brigada el lujo de
poder disfrutar del día a día en Sierra
Morena, tiene el privilegio de servir al
rey en la españolísima Vizcaya, señorío
antiguo donde la lealtad y la bizarría
distinguieron a sus soldados y capitanes,
viejos soldados que ganaron
en combate el derecho a ser empleados
en primera línea, en los lugares
de más riesgo y fatiga. Nada ha cambiado;
en Munguía están, en Munguía
sirven.
Esta relación estrecha se ha visto recientemente
reforzada con la colaboración
prestada por los hombres
y mujeres de nuestra Brigada en las
labores de contención de los estragos
producidos por la pandemia de
la COVID-19 durante esta pasada
primavera. A lo largo de estos meses,
la Brigada ha estado donde tenía
que estar y ha apoyado a las autoridades
civiles en todo aquello que
le ha sido requerido. Nada ha supuesto
mayor honra para nosotros
que haber podido contribuir con el
empuje de los medios materiales y
humanos del Ejército a paliar el sufrimiento
de aquella sociedad que
nos los confió.
Por último, quiero tener un especial
recuerdo para los que entregaron su
vida en el sagrado cumplimiento del
deber y que formaron parte de esta
Brigada. Todos ellos son, para los que
hoy servimos en esta unidad, estímulo
y ejemplo de servicio, sacrificio y
amor a la patria. Nos esforzaremos día
a día para no desmerecer su entrega y
honrar la confianza que se ha depositado
en nosotros.
Ese orgullo que sentimos cada día al
izar bandera, porque España nos permite
servir al rey con el noble oficio
de las armas, es el que guiará nuestro
proceder.
Así lo hicimos ayer, así servimos hoy y
Carros Leopardo y Pizarro en ejercicio conjunto así cumpliremos mañana.■