498 dosier ejercicio Red Flag
MISIONES DEL ALA 31: REPATRIACIÓN DE UN RELIGIOSO ESPAÑOL INFECTADO CON EL VIRUS DEL ÉBOLA
Jesús García Jesús García
revista de aeronáutica y astronáutica / junio 2021
Una de las misiones que recuerdo especialmente por todo lo
que implicaba, fue la repatriación del religioso Manuel García
Viejo, contagiado con el virus del ébola y que estaba enfermo de
gravedad en Sierra Leona.
Lo que hacía especial a este vuelo era que traeríamos a una
persona contagiada con el ébola, un virus que por su letalidad,
capacidad de transmisión y dureza de la muerte de los
contagiados, era muy temido. Además, el país a donde viajábamos
estaba en estado de excepción, es decir, no sabíamos
muy bien lo que nos encontraríamos; si podríamos repostar el
avión para la vuelta, apoyos necesarios, etc... Añadido a todo
esto, el vuelo de regreso tendría que ser sin escalas, ningún
país permitiría que aterrizáramos en su territorio por el riesgo
y miedo al virus.
Fuimos alertados una tarde de septiembre del 2014, y unas horas
después ya volábamos de camino a la base aérea de Torrejón,
donde nos esperaba un equipo de médicos y enfermeros de la
Unidad Médica de Aerovacuación (UMAER), que serían los responsables
de los cuidados del enfermo durante el vuelo. Dicho
equipo nos impartió unas instrucciones de como protegernos y
actuar en todo momento para evitar el contagio, así como nos informaron de la baja posibilidad de que esto sucediera, algo que
nos tranquilizó bastante. Durante la noche, UMAER medicalizó la cabina de carga del avión, estableciendo diferentes zonas aisladas
con plásticos que hacían de tabiques sellados, una para el enfermo que, además, iría en una cámara de aislamiento, otra de tránsito
para el equipamiento y descontaminación del equipo que le atendería en vuelo, y una última limpia para el descanso de médicos,
enfermeros y tripulación de reserva.
Después de un corto descanso, al amanecer despegamos rumbo a Freetown (GFLL), capital de Sierra Leona. Recuerdo que durante
el vuelo de ida surgieron problemas con los equipos de filtrado y aspiración de aire de la cámara de aislamiento, y que al final
se pudieron resolver las discrepancias, aunque se contaba con varios equipos de reserva.
Al llegar al aeropuerto de Freetown todo parecía estar bien y los servicios del campo nos atendieron con aparente normalidad,
aunque no se observaban movimientos de aviones. Después de unas horas de espera, el enfermo llegó en una ambulancia todoterreno
acompañado por una persona que apenas estaba protegido con un delantal de plástico, gafas y guantes. Recuerdo que
el personal de la UMAER estaba preparado y vestido con sus equipos de protección individual desde hacía un rato, a pesar de las
duras condiciones de trabajo existentes, muy altas temperaturas y elevada humedad propia de países del trópico. Toda la operación
se realizó en el mismo parking del avión, sobre el asfalto donde, tras traspasar al enfermo desde la camilla a la cámara de
aislamiento del avión y unas horas de preparación y estabilización necesarias antes del viaje, conseguimos despegar sin novedad
rumbo a la base aérea de Torrejón de Ardoz.