En ese otoño la flota alemana estaba dispersa
y no representaba una amenaza inmediata
para los convoyes; no obstante, los aliados
esperaban su reacción y consideraban que las
facilidades que habían tenido los primeros
convoyes no se prolongarían en el tiempo,
como así sucedió. A mediados de noviembre
de 1941 los alemanes enviaron cuatro
destructores al norte de Noruega, así como
aviación y, poco después, al acorazado
Tirpitz. Sus submarinos, actuando en grupos
de seis o siete, cubrían extensas zonas y se
concentraban para el ataque cuando detecta-ban
algún convoy.
Los convoyes libraron prolongados y
sangrientos combates evidenciando la eleva-da
moral de sus tripulaciones. Una novela,
Mar cruel, describe la oscura odisea de estos
convoyes y de sus escoltas; su autor, Nicho-las
Monsarrat, oficial de la Marina británica,
vivió estas vicisitudes en un buque de escolta.
25.276.—Síntesis biográfica del marqués
de la Victoria
Don Juan José Navarro
de Viana y Búfalo (Me-sina
30 de noviembre de
1687-Isla de León 5 de febrero de 1772)
inició su brillante carrera militar en la Infan-tería
de Marina, cuando a los ocho años de
edad sentó plaza en una Compañía del Tercio
Fijo de Nápoles. Con licencia del virrey de
Sicilia cesó en dicha unidad para prestar sus
servicios en el Ejército de la Lombardía y,
posteriormente, causó alta en la Compañía
de Granaderos del Tercio Viejo de la Mar de
Nápoles, donde servía su padre con el grado
de capitán.
Al fallecer Carlos II, durante los 12 años
que duró la Guerra de Sucesión, Navarro
estuvo presente en sus grandes acontecimien-tos
y alcanzó el grado de capitán. A los 30
años de edad gozaba de probado prestigio,
militar e intelectual. En su hoja de servicios
constaba que había estado en cuatro batallas,
en siete sitios y en más de cuarenta acciones
de guerra; era políglota, buen matemático y
un magnífico dibujante.
Este excelente bagaje propició su baja en
la Infantería de Marina para ingresar en la
Don Juan José Navarro, marqués de la Victoria.
(Foto: www.wikipedia.org)
recién creada Real Armada, y, por patente de
1 de mayo de 1717, el rey Felipe V le enco-mendó
el régimen, la educación y disciplina
de los nuevos alumnos para oficiales, ascen-diéndole
a alférez de la Real Compañía de
Guardiamarinas, que participó por primera
vez en campaña en la conquista de Cerdeña.
Su trayectoria en la Real Armada fue
brillante. Divulgó sus conocimientos profe-sionales
en temas sobre evoluciones, manio-bra,
código de señales, reglas para las opera-ciones
anfibias, etc. Ascendido a capitán de
navío el 17 de marzo de 1729 mandó el navío
San Fernando y, en 1732 mandando el navío
Castilla destacó en la operación contra Orán.
En 1737 ascendió a jefe de Escuadra y, por su
actuación en el combate de Tolón, el Rey le
confirió el empleo de teniente general y el
título de marqués de la Victoria. El 15 de
marzo de 1750 fue nombrado capitán general
del Departamento de Cádiz y director general
de la Armada. El rey Carlos III, el 13 de
diciembre de 1759, le nombró capitán general
de la Armada, el primero en alcanzar esta
distinción.
Don Juan José Navarro, marqués de la
Victoria, fue un excelente marino, gran orga-
MISCELÁNEAS
970 Junio