revista de aeronáutica y astronáutica / enero-febrero 2021
126 un Aviocar para llevar
expresamente su mención como
muestra de su agradecimiento), cuando
consiguió hacerse con un manual
técnico del avión que contenía todos
y cada uno de los datos que iba a necesitar
para hacer su modelo a escala.
«No es habitual encontrar maquetas
cuyo interior haya sido reproducido.
Dado que los concursos a los que
presentan estas maquetas no tienen
en cuenta el interior de la cabina de
vuelo, y mucho menos el de la cabina
de carga, la mayoría de aeromodelistas
obvia los detalles internos,
centrándose en el exterior del avión».
Pero como podíais intuir, Ramón no
es para nada habitual, y terminó por
reproducir con extrema rigurosidad
y exactitud cada detalle. Me cuenta
que hasta los muñecos tuvieron que
ser a medida, ya que compró varios
muñecos distintos, pero ninguno era
del tamaño justo, y finalmente tuvo
que comprarlos a medida en una
tienda alemana.
«Haciendo este avión me he dado
cuenta de que si quieres que algo
salga como te imaginas, tienes que
hacerlo tú mismo, no es posible encontrar
una copia exacta de la rueda
de un Aviocar a escala 1:5». Me relata
este ejemplo como uno de muchos
de los retos que ha tenido que afrontar
para conseguir acabados inmejorables
en su maqueta.
Así, se ha visto obligado a fabricar
él mismo varias piezas e incluso
utensilios para crear nuevas piezas.
«Incluso llegué a tener que crear una
fresadora »CNC« casera para la fabricación
del tren de aterrizaje en aluminio
y corte de piezas de madera».
«La pintura fue una auténtica odisea
». Como si del mismo Ulises se
tratara, y alejado de los cantos de
sirena de conformarse con un color
similar, nuestro protagonista necesitó
hacer una investigación exhaustiva
para dar con la paleta de colores
empleada en la pintura de camuflaje
del Aviocar. Finalmente, y a través de
distintos foros de aficionados, dio
con la tecla. «aunque no tengo documento
oficial que lo acredite, eran
los colores que tenía grabados en mi
retina. Las referencias eran de federal
standard, una compañía americana
con la que no dudé en contactar
para que me enviaran los chips de
color certificados para poder hacer
encargar la pintura»
El lujo de detalles es la verdadera
clave de éxito de este aeromodelo,
y así, hasta el número de remaches
con los que cuentan ambos aviones
(original y maqueta) es prácticamente
el mismo, aunque sí que cambia
su composición, ya que uno es un
remache de verdad, pero el otro no
es más que un poco de cola posada
con delicadeza con un palillo. «no
sabes lo que es colocar remache
a remache con esa técnica, acabas
viendo doble o triple, la cola se seca
y hay que volver a empezar continuamente.
Un día, paseando por un
supermercado con mi mujer, repare
en un aplicador de gel para pintar
las uñas. Tenía el tamaño perfecto,
y solo tuve que sustituir el componente
pinta uñas por la cola. Ya no
necesitaba el palillo, y la velocidad
con la que era capaz de poner cada
remache después del descubrimiento
era increíblemente superior.» Y es
así como los relojes de cabina tienen
un cristal que realmente es la pelícu-