revista de aeronáutica y astronáutica / septiembre 2020
nuestro museo 731
Bombardeo Barrón y Cifuentes
drón RFC No. 48, dirigidas por el
ganador de la Cruz Victoria William
Leefe Robinson, se topó con cinco
Albatros D.III del Jasta 11 liderados
por Manfred von Richthofen, el Barón
Rojo. Cuatro de los seis aparatos
fueron abatidos, incluyendo a
Robinson, quien fue capturado y un
quinto quedó seriamente dañado.
El tiempo evidenció que el nuevo
el F.2B era mucho más efectivo en
combate aéreo que los mostrados
en su primer encuentro con el enemigo.
El avión era lo suficientemente
rápido y maniobrable para ser
volado en combate. Para aumentar
su potencia de fuego se decidió
añadir una nueva ametralladora
móvil en el puesto del observador.
La ametralladora delantera constituyó
entonces la principal arma del
piloto, y esta segunda, la del observador,
conocida como el «aguijón
en la cola», un incremento sustancial
de la capacidad de fuego del
aparato, erigiéndose en uno de los
puntales de la guerra. Se construyeron
un total de 5400 unidades.
España adquirió 64 ejemplares
que operaron en el conflicto en el
protectorado español de Marruecos,
en el que sufrieron numerosas bajas,
terminando su servicio operativo en
la Aeronáutica Militar en 1931. Esta
réplica fue realizada por la sociedad
Sumaer S.A., ubicada en el Aeropuerto
de Sabadell en Barcelona.
En el lateral derecho del Bristol
F.2B podemos contemplar las
primeras bombas diseñadas específicamente
para la aviación, las
Carbonit Ghota de 10 kg fabricadas
por la empresa alemana Carbonit
A.G. Fueron traídas a España desde
Alemania en 1912, vía Irún, gracias
a la mediación realizada por S. A. R.
el infante Alfonso de Orleans, que
las conoció tras asistir a un mitin de
aviación militar que tuvo lugar en
Gotha (Alemania) —de ahí su nombre—
en el verano de 1912.
En la guerra del Rif, el 17 de diciembre
de 1913, el Ejército español,
concretamente los capitanes
Eduardo Barrón y Carlos Cifuentes,
utilizando aviones Lohner Pfeilflieger,
bombardearon la aldea de
Ben Charrich, al sur de Tetuán.
Lanzaron cuatro bombas alemanas
del tipo Carbonit Schrapnellbomben,
llenas de explosivos y bolas
de acero. Se puede considerar que
fue el primer bombardeo aéreo
con bombas y visores diseñados
específicamente para ser lanzadas
desde un avión de la historia. Este
tipo de proyectiles se lanzaban
manualmente por el observador.
Siguiendo el camino de la visita
encontramos curiosidades decorativas
del espacio expositivo que
existieron realmente en los asentamientos
militares españoles de la
época. Pongamos como ejemplo
el sistema de alarma instalado en
el entorno del Bristol F.2B y que a
nuestros visitantes más jóvenes,
acostumbrados a la tecnología actual
compleja y electrónica, sorprende
por su simpleza: los botes
instalados con piedras en su interior
en las alambradas de la protección
perimetral que, al ser sacudidos por
personal enemigo en sus intentos
de penetración al aeródromo. sonaban
estrepitosamente alertando así
al personal de vigilancia. n
Bristol F.2B y bombas Carbonit