revista de aeronáutica y astronáutica / septiembre 2020
memoria histórica del EA 735
Hace 35 años
La fidelidad de
Patti
Mallorca-Son San Juan
20 septiembre 1985
Para llevar a cabo un vuelo de
entrenamiento, cerca del mediodía
partió de esta base el helicóptero
Super Puma HD.21-5
perteneciente al 801 Escuadrón
SAR. Lo ocupaban el teniente
coronel jefe de dicha unidad,
Antonio Oliver Barceló, y una
tripulación compuesta por el capitán
Francisco Jiménez Pedrol
(1.º), el teniente Sebastián Bauzá
(2.º) y el subteniente Victorino
Landa.
Serían las doce horas cuando
los bañistas que se encontraban
en la playa de Aucanada, en
el puerto de Alcudia, vieron con
angustia como el citado Super
Puma, dejando tras de sí una humareda,
parecía buscar un lugar
para aterrizar, haciéndose visibles
las llamas al pasar por el faro y sobrevolar
la playa. De pronto —sin
podérselo creer—, rebasada esta,
se desplomaba a escasos metros
del lugar y después de que, con
suma urgencia, lo abandonara la
tripulación, una terrible explosión
reducía a pedazos la aeronave.
Por desgracia, entre aquel
amasijo en llamas, se encontraba
el teniente coronel Oliver y su
inseparable pointer Patti, a quien
—se supone— la colisión le había
cogido de pie, tratando de hacerse
con un extintor, en la parte trasera,
junto a los depósitos.
Llegados al lugar equipos de
socorro, fuerzas de seguridad y
bomberos, tan solo pudieron actuar
estos últimos, acordonando
la zona y sofocando el incendio.
Presos de una viva emoción,
todos coincidían en la gran serenidad
de los tripulantes que,
salvando la playa, evitaron una
masacre, y el horror de saber que
dentro de aquella fogata se encontraba
el cuerpo sin vida de
un gran aviador de 49 años, casado
con Marieta Galmés, padre de
dos niñas y hermano de Juan, teniente
coronel de la 8.a promoción
de la AGA
Antonio Oliver, palmesano de
Establiments, (12.ª promoción
de la AGA) llevaba tres años al
frente del 801; antes había volado
los reactores Sabre del Ala n.º
4 de Son San Juan, pero, a nivel
popular, en Baleares se le admiraba
como un formidable atleta.
Gran velocista, el mejor de la década
de los 50. Medalla de bronce
en los Campeonatos de España
Absolutos en la prueba de los 110
metros vallas. También destacó
en los 100, 200, 400 y longitud.
En 100 metros, nadie en Baleares
ha superado sus marcas. Era vicepresidente
de la Federación
Balear de Atletismo.
Nota de El Vigía: Con el sugerente
título de «Lealtad hasta
la muerte», Laurus Barbatus —
como gustaba firmar al coronel
Emilio Herrera— escribió en las
páginas del n.º 17 de Aeroplano
(1989) un enternecedor relato
del comportamiento de Patti en
el referido accidente. Tan atractivo,
que este cronista, transcribiendo
incluso muchas líneas,
pensó incluirlo en El Vigía. Pero
la reciente investigación que me
ha llevado a contactar con el
amabilísimo y servicial capitán
del 801, Lorenzo Roselló; con
un sobrino y ahijado de Antonio
Oliver; con Merce, su hija, e incluso
con el teniente coronel (R)
que en aquel trágico vuelo iba
de segundo piloto, han desvirtuado
el referido artículo. De
todas formas, Patti fue fiel a su
amo hasta la muerte.
Hace 80 años
El Apio
León septiembre 1940
Diseñado con la idea de lograr
un bombardero con las características
de un caza —tenía
un motorazo de 650 CV–, el
Caproni AP-1, del que diez unidades
procedentes de Italia llegaron
a España a fines de 1938, se reveló
como un armatoste, al que no
llegó a dársele un cometido fijo.
Estuvieron en la Escuela de Caza,
siguiendo los distintos itinerarios
de la misma. Finalmente, la
Academia de León contó con algún
ejemplar.
Azarosa vida
y triste fin
Creado en los primeros años 30, con una
corta producción de 26 ejemplares, el
Vultee V-1A fue un avión de transporte
para 6/8 pasajeros. Dada su velocidad,
obtuvo varios récords, como el bautizado
Lady Peace, que cruzó el Atlántico en ambas
direcciones, logrando en el primero la
marca de 338 km/h.
Durante la guerra civil española, el
Gobierno de la República compró diecisiete,
de los que cuatro pasaron a la
Aviación Nacional al ser apresado el mercante
Mar Cantabrico, que los transportaba,
por el crucero Canarias.
Las fuerzas aéreas republicanas; salvo uno, que con los colores de LAPE, cubrió distintas líneas; el resto,
formando parte del Grupo 72, llevó a cabo puntuales misiones de bombardeo y defensa de la costa mediterránea.
Los nacionales, en principio, integrados en un efímero Grupo 18, realizaron similar cometido,
pasando luego al Grupo 43 para enlace /«recados».
El famoso ex-Lady Peace, destinado a la Escuadra de Caza, cambió su nombre por Capitán Haya y volándolo
en numerosas ocasiones el comandante García Morato. Acabada la guerra, siete de ellos llegaron
a volar en el Ejército del Aire. Reunidos los supervivientes en el Grupo EM, la falta de repuestos los fue
consumiendo hasta que, en fecha tan tardía como el 3 de agosto de 1950, se daba de baja al L.13-14, que
no era otro que el famoso Lady Peace rebautizado Capitan Haya. ¡Qué lástima! El desguace y la fundición
acababan con él.