El presidente Obama y el líder ruso Medvedev tras la firma del tratado START III el 8 de abril
de 2010
revista de aeronáutica y astronáutica / abril 2021
panorama de la OTAN y de la PCSD 271
DECLARACIONES SOBRE LA
EXTENSIÓN DEL NUEVO START
El tratado sobre Reducción de Armas
Estratégicas III (START III) conocido
como nuevo START, fue firmado
por Barack Obama y Dimitri Medvédev
el 8 de abril de 2010 y tenía una
duración de 10 años, a menos que las
partes decidiesen extenderlo por un
máximo de cinco años. El 3 de febrero
el Ministerio de Asuntos Exteriores
anunció que ese día, en la sede del
Ministerio de Asuntos Exteriores de
Rusia, se realizó un intercambio de
notas con la embajada de EE. UU.
en Moscú sobre la finalización de los
procedimientos internos necesarios
para la entrada en vigor del acuerdo
sobre la extensión del tratado. El
acuerdo entró en vigor el mismo día
y estará vigente hasta el 5 de febrero
de 2026. La extensión fue bienvenida
tanto por la OTAN como por la UE.
El 3 de febrero, el Consejo del Atlántico
Norte publicó una declaración
sobre el acuerdo alcanzado por
los Estados Unidos y Rusia sobre la
extensión del nuevo START:
1. La OTAN acoge con satisfacción
y apoya plenamente el acuerdo entre
los Estados Unidos y la Federación
de Rusia para prorrogar el nuevo
START por cinco años. Los aliados de
la OTAN creen que el nuevo tratado
START contribuye a la estabilidad internacional,
y reiteran su firme apoyo
a su continua aplicación y a un pronto
y activo diálogo sobre las formas
de mejorar la estabilidad estratégica.
2. Los aliados siguen colectivamente
decididos a mantener los
acuerdos y compromisos existentes
en materia de desarme, control
de armas y no proliferación. Los
aliados apoyan nuevas negociaciones
sobre control de armas, con el
objetivo de mejorar la seguridad
de la Alianza, teniendo en cuenta el
entorno de seguridad internacional
prevaleciente. Los aliados consideran
que la extensión del tratado es
el principio, no el fin, de un esfuerzo
para hacer frente a las amenazas
nucleares y a los nuevos y emergentes
desafíos para la estabilidad
estratégica.
3. A pesar de que Estados Unidos
trata con Rusia promoviendo los intereses
colectivos aliados, la OTAN
sigue teniendo claro los desafíos que
Rusia plantea. Trabajaremos manteniendo
estrechas consultas para
abordar las acciones agresivas de
Rusia, que constituyen una amenaza
para la seguridad euroatlántica.
El mismo día el alto representante
de la Unión para Asuntos Exteriores y
Política de Seguridad, Josep Borrell,
hizo una declaración en nombre de
la UE sobre la prórroga del tratado.
La Declaración de la UE tiene muchas
coincidencias con la de la OTAN, pero
añade una consideración no presente
en la declaración de la Alianza:
«La UE concede la máxima importancia
al nuevo START y lo considera
una aportación crucial a la seguridad
internacional y europea. La reducción
de los arsenales nucleares estratégicos
desplegados que prevé
el nuevo START reforzado, en particular,
por su riguroso mecanismo de
verificación, contribuye a la aplicación
del artículo VI del Tratado sobre
la No Proliferación de las Armas Nucleares
(TNP) mediante la reducción
global del arsenal mundial de armas
nucleares desplegadas. Al mejorar
la confianza mutua entre los dos mayores
estados poseedores de armas
nucleares, este tratado limita la competencia
estratégica y refuerza la estabilidad
estratégica».
PROYECTO OTAN PARA LA
FORMACIÓN DE PILOTOS
El 19 de febrero, Bélgica se unió al
proyecto de la OTAN para la formación
de pilotos en Europa conocido
por las siglas de su nombre en inglés
NFTE (NATO Flight Training Europe).
Bulgaria, Croacia, la República checa,
España, Grecia, Hungría, Montenegro,
Macedonia del Norte, Portugal,
Rumania y Turquía, además de la recién
incorporada Bélgica, van a trabajar
juntos para establecer una red
de instalaciones de formación de pilotos.
El objetivo de NFTE es garantizar
que haya suficientes y adecuadas
instalaciones para el entrenamiento
de pilotos en toda Europa de una manera
rentable e interoperable. Este
proyecto es de alta prioridad, dado
que para muchos aliados europeos
las necesidades de pilotos no justifican
tener centros nacionales dedicados
a su formación. Por ello, muchas
de esas naciones aliadas envían a sus
pilotos a los Estados Unidos para entrenarse,
creando una carga adicional
en las instalaciones estadounidenses
de formación de pilotos.