revista de aeronáutica y astronáutica / abril 2021
nuestro museo 345
los gritos de sorpresa, especialmente
de la gente joven, al ser sorprendidos
por la «pasada» del avión.
Abandonando el túnel-pasillo
desembocamos en la sala propiamente
dicha en la que se exponen
los aviones que posee el Museo relativos
a las hazañas de los Grandes
Vuelos españoles. Todas estas son
maravillosas réplicas de los aviones
con los que se realizaron las gestas
excepto uno, el original Jesús del
Gran Poder construido en 1928 y
que, milagrosamente, se conserva
con sus pinturas que adornaban su
fuselaje en perfecto estado. Pero
veamos en detalle la sala.
Nada más entrar nos encontramos
una excelente réplica de un Dornier
Do J, más tarde Dornier Do 16 vulgarmente
conocido como Wal, ballena
en alemán. Este hidroavión, bimotor,
fue diseñado a principios de la
década de los años veinte del siglo
pasado siendo la máquina más importante
en aquellos años de la casa
alemana Dornier. Dicho modelo se
fabricó bajo licencia también en España,
Italia, Japón y Países Bajos. En
caso concreto de España fue CASA la
que en 1926 adquirió la patente para
fabricar el Wal en nuestro país.
El vuelo del Plus Ultra (Más Allá),
representado aquí con nuestra réplica
a tamaño real, fue ideado con
el doble objetivo de estudiar las
posibilidades de establecer vuelos
regulares a través del Atlántico Sur
y estrechar los vínculos de amistad
con los países hispanoamericanos.
Despegó de Palos de la Frontera
(Huelva) con rumbo a Buenos Aires
el 22 de enero de 1926 llegando a su
destino, tras siete etapas, el 10 de febrero
a las 12 horas y 27 minutos de
la mañana. Su precio fue de 415 432
pesetas de la época.
Este vuelo histórico fue estudiado
y planeado por el entonces comandante
Ramón Franco y por el
capitán Barberán que inicialmente
estaba previsto le acompañara. Sin
embargo, la tripulación con la que
contó finalmente para el viaje estuvo
compuesta por el capitán Julio
Ruiz de Alda, el teniente de navío
Juan Manuel Durán y el mecánico
Pablo Rada.
El avión, matriculado M-MWALL,
disponía de dos motores Napier
Lion de alta compresión, de 450
CV, cada uno, con 12 cilindros en
tres bloques de a cuatro, colocados
uno detrás del otro, accionando el
delantero una hélice tractora, y el
posterior una propulsora sobre la
sección central del ala. El piloto y el
copiloto se sentaban lado a lado, al
descubierto.
El vuelo que, desde el punto de
vista técnico fue un éxito rotundo,
tuvo un recorrido de 10 270 kilómetros
en 59 horas y 30 minutos (a una
velocidad promedio de 172 km/h)
repartidos en las siguientes etapas:
• 22 de enero: Palos-Las Palmas
(1300 km.). 8 horas.
• 26 de enero: Las Palmas-Porto
Praia (1745 km.) 9 horas y 50 minutos.
• 29 de enero: Porto Praia-Fernando
de Noronha (2305 km). 12 horas
y 40 minutos. En este salto y necesitando
disminuir peso con el objetivo
de conseguir el máximo alcance, fue
preciso que el alférez de navío Juan
Manuel Durán González abandonara
el avión e hiciera la siguiente etapa a
bordo del destructor Alsedo, reincorporándose
en Fernando de Noronha.
• 31 de enero: Fernando de Noronha
Pernambuco (540 km.). 3 horas
y 38 minutos.
• 4 de febrero: Pernambuco-Río
de Janeiro (2100 km). 12 horas y 15
minutos.
• 9 de febrero: Río de Janeiro
Montevideo (.060 km). 1 hora y 11
minutos.
• 10 de febrero: Montevideo-Buenos
Aires (220 km). 44 minutos.
En el trayecto Canarias-Cabo Verde,
el Plus Ultra batió los dos records
mundiales de hidroaviones, en distancia
y en velocidad sobre base de
1500 kilómetros, y en cada uno de
los trayectos Cabo Verde-Fernando
Noronha, Recife-Río Janeiro y Río
Janeiro-Montevideo, batió igualmente
los tres records mundiales en
distancia y en velocidad sobre base
de I500 y 2000 kilómetros, también
referentes a hidroaviones.
El cronista del diario argentino La
Tripulación del Plus Ultra