EL REFUERZO AL EJÉRCITO DEL NILO EN LA SEGUNDA GUERRA... 119
desierto, pues el frente era limitado y no se podían hacer movimientos por
los flancos. Ambos contendientes estaban acantonados entre el mar y la inhóspita
y embarrada depresión de El Qatara, por lo que el ataque tenía que
ser esencialmente frontal. Dado el enorme despliegue británico, fue preciso
recurrir a diversos engaños y ardides para ocultar la enorme acumulación
de tropas y vehículos, y aparentar una distribución muy diferente a la real.78
Así, se construyó un falso oleoducto hacia la zona sur, y los camiones del sur
se disfrazaron de tanques y se construyeron falsos tanques de caucho. Mientras
tanto, los tanques del norte se revestían con camuflaje de camiones, la
infantería hacía sus ejercicios y despliegues de noche y pasaba los días atrincherada
e inmóvil.79 Montgomery planificó todos los detalles, pues sentía
un gran respeto por Rommel como general y estratega.80 La acumulación de
fuerzas en primera línea era notable: unos 150.000 hombres, 2200 cañones,
más de mil tanques y otros tantos aviones.81 Por fin, en la noche del 23 de
octubre, en un ambiente otoñal frío y claro, comenzó la preparación artillera.
Nunca se habían concentrado antes tantos cañones en África. La tremenda
descarga recordaba las batallas de la Primera Guerra Mundial. A media
noche, tras la preparación artillera se inició el lento pero continuo avance.
Primero los zapadores para desactivar las numerosas minas sembradas, tarea
en la que hubo considerables pérdidas. Luego, la infantería con apoyo
de tanques. Al amanecer, apenas se habían abierto dos brechas de cierta
envergadura. Los progresos eran muy lentos, pero las maniobras y avances
proseguían. Hitler en persona telefoneó a Rommel para que abandonara su
convalecencia en Austria y regresara de inmediato al frente egipcio.82 Mientras
tanto, su segundo, el general Stumme, murió de un infarto y cayó del
vehículo que lo llevaba, quedando su cuerpo perdido en el desierto durante
dos días. Rommel contraatacó, con varios movimientos cortos, pero estaba
en clara inferioridad, pues tenía menos de la mitad de tanques y aviones que
sus adversarios. Para complicar más aún su situación, dos petroleros enviados
a Tobruk para abastecerle fueron hundidos, gracias al desciframiento de
mensajes.83 Los días 26 a 28 de octubre tuvieron lugar encarnizados combates,
aunque la supremacía aérea inclinó paulatinamente el resultado a favor
de los británicos.84 De todas formas, Montgomery, a la vista del desarrollo
del combate, frenó la ofensiva, lo que supuso gran nerviosismo por parte
78 Churchill, op cit. Vol. 8, p. 159.
79 Cartier, op.cit. Vol. 2, p. 26.
80 Churchill, op cit. Vol. 8, p. 56.
81 Gilbert, op cit. Vol. 1, p. 432.
82 Cartier, op.cit. Vol. 2, p. 26.
83 Cartier, op.cit. Vol. 2, p. 27.
84 Gilbert, op cit. Vol. 1, p. 432.
Revista de Historia Militar, 130 (2021), pp. 119-142. ISSN: 0482-5748