148 JOAQUÍN NAVARRO MÉNDEZ
A mediados de la década de los setenta, el clima de inseguridad en el
que se vivía en el territorio, donde se desarrollaba una lucha a vida o muerte,
llevó al Virrey Martín, a establecer nuevos presidios, los cuales respondían a
una nueva filosofía. Así, ordenó la construcción del presido de Jalpa (1576)
en defensa de los indios pacíficos que sufrían ataques y acciones de captación
de los chichimecas. Dicho presidio fue descrito por el Virrey como
«útil tanto en la paz como en la guerra».
El sentimiento de seguridad que desde un principio emanó de los presidios,
y que se asentó sobre su eficacia llevó a un rápido y extenso crecimiento
de la institución. Así, hacia 1590, cuando la paz chichimeca fue
oficialmente reconocida, el número de presidios en el territorio alcanzaba
la cifra de 50.
Algunos presidios, del siglo XVI, se constituyeron en el elemento nuclear
de poblaciones y ciudades, como era de esperar de su emplazamiento
estratégico y de la corriente comercial y social que por ellos pasaba. En este
entorno, Ojuelos, es hoy una ciudad mexicana moderna.
Tras la paz chichimeca, el séptimo Virrey, marqués de Villa Manrique
(1585-1590) trató de poner fin al sistema, pues consideraba que los soldados
de los presidios eran la causa de la incesante beligerancia chichimeca. Esta
política del gobierno de la Nueva España, alarmó a los habitantes norteños,
generando una ola de oposición que evitó que se llevara a cabo dicho proyecto.
No obstante, dicho contratiempo, a la sombra de los presidios se continuó
avanzando hacia el norte.
Así, al finalizar el siglo XVI, se había sobrepasado el Rio Grande del
Norte, toda vez que en 1598, Juan de Oñate iniciaba los preparativos de la
expedición para la conquista y colonización de Nuevo México. Tras cruzar
el río, Oñate fundó la ciudad del Paso del Río del Norte, la cual se constituyó
en el punto de enlace de Nuevo México con Nueva Vizcaya.
Por su parte el Virrey don Luis Velasco (1590-1595) fue mucho más
prudente y desplegó una política de apoyo a la existencia de los presidios.
LOS PRESIDIOS DEL SIGLO XVII
El siglo XVII fue el de la continuación de la obra colonizadora, sin
prisa pero sin pausa, las caravanas de los nuevos colonos iban llegando a
través de una tierra sin límites y con unos caminos que se abrían a su paso.
No obstante, dicho avance re realizaba al amparo de los presidios, los cuales
irradiaban la seguridad que estos necesitaban.
Revista de Historia Militar, 130 (2021), pp. 148-172. ISSN: 0482-5748