UN CASTELLANO EN MEDIO DEL MAR. FELIPE RUIZ PUENTE... 69
Lo inmediato era negociar con los franceses el desalojo de su establecimiento,
condición indispensable para hacer frente a las pretensiones
inglesas Y a ello se puso manos a la obra el Secretario Grimaldi. Desde
esa Secretaria de Estado se envían las instrucciones oportunas para la negociación
acompañadas de los correspondientes informes al Embajador de
España en Paris D. Juan Joaquín Atanasio Pignatelli, Conde de Fuentes,
advirtiendo además de los propósitos ingleses y adjuntándole copia del de
D. Jorge Juan.14
El embajador se dispone a defender los derechos de España en aquellos
parajes y, unos meses después, remite al Marques de Grimaldi un extenso
y detallado informe con sus actuaciones en la Corte francesa ante el
Duque de Choiseul, Ministro de Estado.15 Aconseja el Embajador hacer
efectivo inmediatamente ese establecimiento para proteger el comercio y
14 AGS. Estado, Leg 6957, Carta de la Secretaria de Estado al Embajador Conde de Fuentes
de fecha 3 setiembre de 1764.
15 Argumenta que no teniendo Francia ninguna posesión donde apoyarse, era imposible
mantener su establecimiento, además de demostrarle que no era un descubrimiento nuevo
a la vista de los más recientes mapas de la zona. Expone también, que su establecimiento
podía ser la causa, una vez pobladas las islas, de contrabando sobre nuestros
dominios y que eso iba a ser fuente de problemas entre ambas potencias. El ministro
francés llega a argumentar que esas islas pertenecían de derecho a Francia, por haber
sido descubiertas por franceses de Saint Malò anteriormente, y que podían serle de mucha
utilidad haciendo un establecimiento en que oponerse a los ingleses. Le replica que
aunque fuese cierto lo de Saint Malò, eso no les daba derecho alguno, como tampoco lo
tenían los ingleses que podían alegar el mismo derecho que Francia, pues según dicen
el Cap. Hawkins las descubrió en 1593 y les puso el nombre de Falkland Sound, lo que
no les daba derechos, como así quedó claro en la negociación de Ricardo Wall en 1750
en Londres para impedir su expedición. Insiste el ministro francés que toda isla era de
quien la ocupaba, sobre todo estando distante de la costa, a lo que se responde que las
islas adyacentes a un continente no se podían ocupar sin consentimiento del dueño del
continente, y que estaban en nuestros mares. Se manifiesta también la extrañeza que había
causado en Madrid el misterio con que parecía haberse hacho esta expedición. Ante
este argumento El Ministro francés se indignó diciendo que Francia no tenía necesidad
de informar a nadie de la expedición de Bouganville, repitiendo que las Islas Malvinas
les pertenecían y que con esa expedición habían tomado posesión de ellas. De nuevo se
le contesta que esa ocupación no probaba nada y que dada la amistad de las dos naciones,
debía haberse advertido a España para hacer el establecimiento y ocupación de acuerdo
entre ambas, volviendo a insistir en la ausencia de posesión de Francia por aquellos mares
y su imposibilidad de apoyos. En sucesivas conversaciones, la posición del ministro
pareció ceder, argumentando que lo que buscaban era alguna escala para su navegación
a las Indias y que pensaban que era un nuevo descubrimiento. Aún propuso el Ministro
francés, formar una escuadra de cuatro navíos franceses y cuatro españoles para mantener
el establecimiento y evitar el de los ingleses, respondiéndole que la experiencia en
otros lugares de América que no se había podido evitar con ese procedimiento la ocupación
inglesa de otras posesiones como La Martinica. También se rebatió el argumento
de la ruta a las Indias, recordándole que esta iba por el Cabo de Buena Esperanza, tan
apartado de América. Finalmente, se avino el Ministro francés pero con la condición de
que España hiciese un establecimiento formal en esas islas para evitar el de los ingleses.
Revista de Historia Militar, 130 (2021), pp. 69-96. ISSN: 0482-5748