128 RODRIGO MARTÍNEZ-VAL PEÑALOSA
Como se ha señalado anteriormente, el avión guía llevaba a bordo
a un piloto o navegante civil de Imperial Airways, para ayudar a seguir
la ruta prescrita, sobre terrenos muy complicados que abarcaban manglares,
bosques tropicales, sabanas y desiertos. La navegación se realizaba
con reconocimiento del terreno y a estima (con brújula, anemómetro
y reloj), sobre mapas relativamente burdos de zonas geográficas muy
poco conocidas. Si un avión tenía una avería, el resto de la formación
seguía hasta la próxima escala. Allí se informaba del percance y se enviaba
una patrulla de rescate del piloto y, de ser posible, de recuperación
del avión.100 101 Para el caso de tener que realizar un aterrizaje forzoso,
los pilotos llevaban sus armas reglamentarias con abundante munición,
agua potable, leche con malta, galletas, anfetaminas y otros fármacos.
La mayor parte de los aterrizajes forzosos ocurrieron en Sudán, por las
tormentas de arena y por la sobrecarga de los motores y estructuras tras
numerosos despegues y aterrizajes sin inspecciones y mantenimiento suficientes.
Aunque la ruta se denominaba Takoradi-El Cairo, al llegar al
Delta del Nilo los aviones aterrizaban en Abu Sueir, un enorme aeródromo
especializado en mantenimiento de alto nivel de todos los aviones de
la RAF en Egipto. En los años siguientes, cuando la cantidad de aviones
que llegaban era más elevada, se abrieron otros aeródromos similares,
siempre cerca del canal de Suez y lejos del frente. Los pilotos especializados
en estos vuelos de entrega regresaban a Takoradi en aviones de
transporte Bristol Bombay de la RAF o en Lockheed Lodestars de Imperial
Airways.102
La ruta transcurría aproximadamente con el siguiente esquema.103
104 105 106 El primer día se volaba desde Takoradi hasta Kano, en dos saltos:
el primero, sobrevolando manglares y bosques en la costa del Golfo
de Guinea durante unas dos horas y media hasta el aeródromo de Lagos,
parada que se aprovechaba para que las tripulaciones hiciesen una comida
ligera y descansaran, y para repostar combustible; el segundo vuelo era
de unas tres horas y media, primero sobre bosques y cultivos, y luego la
transición hacia una sabana cada vez más esteparia, hasta Kano donde
se cenaba y pernoctaba. Al día siguiente se repetía el doble salto, con un
100 Pickering, op.cit.
101 Gilboe, op cit.
102 Pickering, op.cit.
103 Richards, op cit.
104 Pickering, op.cit.
105 The Takoradi route, op cit.
106 Gilboe, op cit.
Revista de Historia Militar, 130 (2021), pp. 128-142. ISSN: 0482-5748