55
de 1866, establecía: «Que, siendo
conveniente que los brigadieres, por
su categoría de oficiales generales,
usen al vestir de paisano un distintivo
que indique su clase, se les autoriza,
en los actos que no sean del
servicio militar, a llevar un fajín de
color azul cobalto bordado en plata
», fajín que al año siguiente (1867)
pasó a ser de color rojo carmesí, por
lo que podían usarlo tanto de paisano
como de uniforme.
Finalmente, por Real Decreto de don
Amadeo de Saboya de 25 de marzo
de 1871, se confirma a los brigadieres
en la categoría de oficiales generales,
correspondiéndoles por tanto el mando
de las brigadas (se acabó aquello
de seguir mandando un regimiento),
así como el desempeño de los destinos
que determinasen las disposiciones
reglamentarias y el uso sobre el
uniforme de una faja de color carmesí
con borlas y un pasador de plata. La
Ley Constitutiva del Ejército (la segunda,
pues la primera fue la efímera
de 1821, en el reinado de Fernando
VII) de 29 de noviembre de 1878
mantiene a los brigadieres y mariscales
de campo con esta denominación
en el Estado Mayor General, pero ya
los nuevos tiempos y las nuevas corrientes
hacían obsoletas ambas denominaciones,
por lo que la Ley Adicional
a la Constitutiva del Ejército
de 19 de julio de 1899 los sustituye
por generales de brigada y generales
de división respectivamente, utilizando
las mismas divisas sobre el uniforme:
de plata para los generales de brigada
y de oro para los divisionarios.
EPÍLOGO EMOTIVO
Brigadieres de nuestro ejército. Verdaderos
generales de facto, en todo y
por todo, aunque no lo fueran de iure
hasta bien mediado el siglo xix. A lo
largo de dos siglos y al frente de su
brigada o regimiento, los brigadieres
escribieron con su sangre páginas
muy gloriosas de nuestra historia al
combatir con honor y bizarría en los
distintos campos de batalla donde
España luchaba, tanto por su integridad
y soberanía como en unas muy
cruentas guerras civiles y dinásticas
que ensangrentaron nuestro suelo
durante años. Yo siempre los tuve por
generales en mis escritos y conferencias,
y por eso los traigo hoy a estas
líneas, como modesto homenaje a su
romántico empleo y entrañable recuerdo
a su figura.
POST SCRIPTUM. EL ÚLTIMO
BRIGADIER
Como dato curioso y anecdótico, quisiera
reflejar que todavía en el Anuario
Militar de España del año 1904 (página
645) figura un brigadier de ochenta
y un años: el Excmo. Sr. don Antonio
Audia y Abela, nacido el 4 de noviembre
de 1823 y promovido a brigadier
con antigüedad de 19 de diciembre
de 1865, reinando en España doña
Isabel II. Todo un veterano ostentaba
tan noble empleo. En virtud de ello,
podemos afirmar que al ínclito don
Antonio Audia y Abela le cupo el honor
de ser el «último brigadier» en figurar
en los anuarios militares de España
hasta el año 1904.■
S. M. Don Felipe V, llamado «el Animoso»
(Versalles, 19 de diciembre de 1683 - Madrid, 9 de julio de 1746)