El 2 de junio de 1899
finalizaba, tras 11
meses, el asedio al
que fueron sometidos
en la iglesia de Baler
(Filipinas) los 58
hombres pertenecientes
al Batallón de Cazadores
Expedicionarios n.º 2 a
los que hay que añadir
tres sacerdotes
RECUPERANDO
AL MÉDICO VIGIL DE
QUIÑONES, HÉROE DE BALER
Con motivo de la puesta en funcionamiento nuevamente del antiguo Hospital Militar de
Sevilla, que siempre se le ha conocido con el apelativo de «Vigil de Quiñones», médico
militar que desempeñó sus funciones en el destacamento de Baler y que está reconocido
como uno de los principales militares que formaron parte de la gesta conocida como
«Los últimos de Filipinas», se está desarrollando en estos días un movimiento ciudadano
promoviendo que el nombre que tenía atribuido el mencionado hospital no varíe.
El artículo muestra que fue un médico sobresaliente (con una destacada investigación
sobre el beriberi) y que como militar participó no solo en Filipinas sino también en las
campañas del Rif de 1909 y 1921
Miguel Simón Contreras
General de división retirado
El 13 de enero del año 2020 se inauguró
en un céntrico lugar de Madrid
el Monumento a los Héroes de Baler,
pero el tiempo pasado desde que sucedieron
los hechos que lo inspiraron
y el limitado estudio de la historia en la
educación colegial hacen que la gesta
que realizó la guarnición del destacamento
militar español soportando el
asedio 337 días vaya perdiéndose en
el olvido.
El motivo de este artículo es poner
en valor a uno de los personajes que
participaron en dicha gesta y denunciar
62 / Revista Ejército n.º 972 • abril 2022
el olvido que al que se ha condenado
—en particular, en la ciudad de
Sevilla— al teniente médico provisional
don Rogelio Vigil de Quiñones y
Alfaro (1862-1934), militar y médico
insigne cuyo nombre ha llevado
el antiguo hospital militar de la ciudad
desde 1980, cuando se inauguró,
hasta el año 2003, cuando fue entregado
a la sanidad pública de Andalucía
(SAS). Entonces, el hospital cayó
en un abandono total, hasta el punto
de ser desmantelado y posteriormente
«saqueado», pero el año pasado se
puso nuevamente en funcionamiento
con un gran esfuerzo económico de
la Junta de Andalucía y ante la necesidad
de ampliar los lugares de tratamiento
para paliar la pandemia del
COVID-19.
Actualmente, el nombre del antiguo
hospital militar está en «suspenso»,
pendiente de uno nuevo que le asignará
la Administración andaluza mediante
un anunciado referéndum entre
el personal sanitario que trabaja allí.
Una de las propuestas es que continúe
el del citado médico. La sociedad
sevillana, que guarda un grato recuerdo
de la excelencia que reunía el funcionamiento
de dicho hospital cuando
estaba bajo control militar —pues