La presencia de José de Gálvez en
el noroeste fue esencial para la organización
de las expediciones (dos
marítimas y dos partidas terrestres)
que tuvieron como objetivo principal
la ocupación de los dos puertos recomendados
por Vizcaíno a principios
del siglo xvii, San Diego y Monterrey,
con el objetivo de consolidar
la presencia española en la Alta California
y así evitar el desembarco de
colonos ingleses y rusos. La llegada
al primero no revistió problemas, ya
que San Diego fue fácilmente identificado.
En cambio, no ocurrió lo mismo
con Monterrey por las escasas
y equívocas señales con las que se
había descrito.
GASPAR DE PORTOLÁ
La última expedición que partió hacia
la Alta California lo hizo el 21 de
mayo de 1769 y estuvo dirigida por
el primer gobernador de California,
Gaspar de Portolá Rovira, que fue
nombrado comandante general de
las expediciones. Fray Junípero Serra
viajó con esta partida, que marchó
hacia el norte pensando que
podría encontrar la verdadera bahía
de Monterrey o, en su defecto, la bahía
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de San Francisco de Cermeño.
Nacido en Balaguer (Lérida) en una
familia noble, Gaspar ingresó como
alférez en el Regimiento de Dragones
de Villaviciosa a los diecisiete
años de edad y se incorporó, ya
en 1742 y con el mismo grado de alférez,
al Regimiento de Numancia.
Un año después, ascendió a teniente
de Dragones y Granaderos de Numancia
y el 31 de julio de 1764, a capitán
de esta misma compañía, que,
con el nombre de Regimiento de
Dragones de España, fue destinada
a servir en el virreinato de la Nueva
España. Al llegar a México (1764),
Portolá era un experimentado militar
que había participado en diversas
acciones en Italia, siendo herido
en la batalla de la Madonna del
Olmo, y en la campaña de Portugal
durante la guerra de los Siete Años.
Pronto debió de ser comprobada su
valía, al punto de que fue nombrado
gobernador de California (entonces
compuesta fundamentalmente por
la actual península de la Baja California
mexicana).
LA LLEGADA A CALIFORNIA:
PROBLEMAS DE LOGÍSTICA
Portolá tuvo conocimiento de su comisión
en California en el verano
de 1767 y recibió la orden de pasar
al territorio a principios de agosto
acompañado de veinticinco dragones
y veinticinco fusileros de montaña,
pero tuvo que retrasar su viaje por
la falta de barcos.
El nombramiento de gobernador fue
acompañado de mil pesos anuales
de gratificación, otros ocho mil pesos
antes de abandonar Nayarit para que
hiciese frente a las primeras necesidades
de su empleo y unas instrucciones
en las que se le detallaba cómo
debía realizarse la extrañación de los
jesuitas (expulsados por Carlos III de
todo territorio español), se le recomendaba
armonía con los nuevos misioneros
que los sustituyeran y se le
ordenaba realizar una inspección en
el presidio de Loreto.
El nuevo gobernador tuvo graves dificultades
para llegar hasta California
debido al gran desconocimiento
que se tenía de esa ruta del Pacífico.
Lugar del avistamiento de la bahía