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176 GABRIEL PITA DA VEIGA y JOAQUÍN PITA DA VEIGA
y aquel privilegio de Carlos V, que pertenecían a los lauros mas brillantes
de la gloria de Galicia, se sonrió despectivamente, y dijo al anciano:
- y bien... ¿qué vale esa carta y ese privilegio? ¿Son acaso ejecutoria
de nobleza de esa desgraciada? ¡pues está lucida! ¡já!...¡já!¡já!
- Señora - estas cartas no solo son la ejecutoria de nobleza de una
mujer, de una familia, de una provincia, sino de un reino entero, porque
son de las más bellísimas páginas de su historia (…).
En el siglo XX, han aparecido publicaciones que tratan este tema a
la luz de nuevas aportaciones documentales y que son citadas en su lugar.
Conviene declarar que es la figura de Urbieta, por la crónica de Oznaya,
tantas veces referida, la que mantiene su preeminencia tanto en artículos,
páginas web u otro tipo de publicaciones, cuando la documentación, a veces
enemiga de la costumbre y de la tradición, impide semejante juicio.
Pero ¿en qué se basan los autores para defender a uno u a otro? Los
defensores de Pita da Veiga se han basado en la existencia de sus originales,
ignorando el resto. Los defensores de Urbieta se han basado en la crónica de
Oznaya, ignorando la documentación e incluso la existencia de otro relato
de un soldado presente en la batalla como Martín García o declarando la
crónica de Pita da Veiga como parcial e interesada.
Esto resulta curioso: ¿por qué motivo es válida la crónica de Oznaya
y no la de Martín García? Algunos autores aducen que por lo detallista del
relato del primero frente al del segundo. Para nosotros, eso puede ser un
síntoma de lo contrario, pues reproduce conversaciones y da detalles que,
o bien los inventa, o bien se basa en testimonios, o bien tiene el don de la
ubicuidad. Baste un ejemplo: ¿cómo reproduce el diálogo entre el rey y
Urbieta? Es imposible que fuese testigo. Solo caben tres posibilidades: que
fuese el propio Urbieta quien se la contase, que se la contase alguien al que
se la contó Urbieta o, por último, que se la inventase. De ser la primera, que
se la contase Urbieta, tendría como máximo la misma validez que el relato
de Pita da Veiga, poseyendo las mismas cualidades que los detractores le
dan a este. Pero al ser incompatible con él y no ir en primera persona, como
el de Alonso Pita da Veiga, sospechamos que se trata de la tercera opción.
Además, no acierta al decir que un arcabucero le mató el caballo ni al decir
que Pita da Veiga se llevó la cadena con la Orden de San Miguel ni la captura
del estandarte y, por último, nada dice de la petición de Urbieta de liberar
a Hugo de Moncada137. La crónica fue escrita 20 años después de la batalla
y era un dato conocido y relevante. Urbieta, de haber dado información a
137 Avalado en el traslado de la cédula de Francisco I.
Revista de Historia Militar, 127 (2020), pp. 176-192. ISSN: 0482-5748