EL CANTO DEL LOBO
(Le chant du loup, Antonin Baudry, 2019)
Hay tres tipos de hombres: los que están vivios, los que
están muertos y los que están en el mar.
«Y los que navegan por debajo del mar»,
se podría añadir al célebre pensamiento del
filósofo griego con el que arranca la primera
película del director francés Antonin Baudry.
Un thriller naval centrado en el Arma
Submarina de la nación vecina, cuyo lema:
Invisible y silencioso, traigo la muerte tiene
mucho que ver con un argumento que recuer-da
a las películas norteamericanas de la déca-da
de los noventa, con la Guerra Fría recién
finiquitada.
En el prólogo de El canto del lobo (título
que se refiere al sonido del sonar activo
enemigo), el Titán, ficticio SSN francés, opera
en las aguas territoriales sirias con el objetivo
de recuperar a un comando galo. La introduc-ción
sirve para conocer a los protagonistas del
filme, en especial a Chanteraide, un sonarista
cualificado al que llaman «Calcetines». El
infalible suboficial ha cometido un fallo a la
hora de clasificar un contacto que ha puesto
Aristóteles.
en peligro toda la operación. Por supuesto,
más tarde tendrá ocasión de reparar el error
cuando la acción se precipite hacia el conflic-to
nuclear entre Rusia y Francia, y hacia la
lucha fratricida entre dos submarinos galos: el
SSBN Formidable, con orden equivocada,
pero orden, de lanzamiento de un misil balísti-co,
y el Titán, con la misión de interceptar al
primero para evitar el Armagedón.
Baudry gestiona un guión que suena
conocido cuando recuerda tanto a Marea
Roja (Crimson Tide, Tony Scott, 1995) como
a la excelente La caza del Octubre Rojo (The
Hunt for Red October, 1990, John McTier-nan),
a su vez basada en el bestseller homóni-mo
de Tom Clancy, casi un libro de texto
para los especialistas en armas submarinas de
la época. El director debutante, antiguo diplo-mático
y funcionario destinado en el Ministe-rio
de Asuntos Exteriores francés, se aprove-cha
de la situación actual internacional y de
2021 777