campo de la arqueología na-val,
una gran aliada para el
investigador gracias a los
avances de los medios de
penetración submarina como
resultado de las nuevas técni-cas
de buceo, actividad que
practica Alejandro Anca pues
no hay duda de que es bucea-dor
vocacional en todo tipo
de fondos, tanto en archivo
como en bibliotecas, en busca
de antiguos legajos y docu-mentos.
El extenso título del libro
que comentamos es explícito,
pero se queda corto, pues si
ojeamos el índice, comproba-mos
que sobre el cañamazo
LIBROS Y REVISTAS
histórico que arranca en el
siglo XVI se extiende hasta
nuestros días, reseñando las
nuevas tecnologías de la
arqueología submarina al
servicio de los caza tesoros.
Debemos resaltar que esta
obra es, si bien un todo, pero
con la particularidad de que
cada capítulo puede leerse independientemente, es decir por separado.
Los tres primeros capítulos están dedicados a: la Casa de Contratación, la
Carrera de Indias, sus flotas y su protección; al buque (en concreto a los ga-leones,
su construcción, evolución, pertrechos y tripulación) y a la Flota de
Indias de 1622.
Siguen dos capítulos. En uno, se describe el naufragio del Atocha y en
otro, los primeros intentos de rescate —donde se detallan los métodos y artilu-gios
utilizados en la recuperación submarina de la Carrera de Indias— con lo
que también en este campo los españoles nos adelantamos a los que se dedi-can
a recuperar los tesoros y mercancías valiosas de los pecios.
Los tres últimos capítulos están dedicados al famoso cazatesoros estadou-nidense
Melvin Fisher. Uno, a la búsqueda, hallazgo (gracias a documentación
del Archivo de Indias) y expolio del pecio del galeón Atocha. Le sigue otro
sobre las subastas del tesoro extraído, la primera en 1988 con 232 lotes y la
segunda en 2015, promovida por la hija del ya entonces fallecido matrimonio
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