TEMAS GENERALES
Como consecuencia, a partir de esa fecha la Marina posee un importan-te
número de navíos, pero no dispone de los recursos para alistarlos y
mantenerlos operativos. Para empeorar las cosas, la guerra iniciada con
Inglaterra en 1796 cortó el camino a los caudales provenientes de América,
tradicional sustento del gasto naval, forzando a incrementar el recurso a la
deuda y aumentando notablemente los ya graves problemas financieros de
la Armada.
Cabe no obstante señalar que, a pesar del planteamiento político de Flori-dablanca
sobre la Marina y el Ejército citado anteriormente, durante todo el
reinado de Carlos III (1760-1788) la media del porcentaje de los gastos del
Ejército sobre el total de los del Estado fue del 36,3 por 100, mientras que el de
Marina tan solo del 23,8 (4), y tras este la proporción fue del 32 por 100 para el
Ejército y el 22 por 100 para la Marina en el período 1788-1792, y del 50 por
100 para el Ejército y el 20 por 100 para Marina en el de 1793-1797 (5). En
1799, de un total de 1.823.544.365 reales de gasto público, se dedicaron
935.602.926 a la Secretaría de Guerra (Ejército) y solo 300.146.056 a Marina,
menos de un tercio (6).
El recurso financiero de la Armada en los años previos a Trafalgar
Estas eran las cifras oficiales, pero en realidad no todo lo consignado
acababa librándose, como denunciaba en 1812 el teniente general Antonio de
Escaño en una exposición:
«La marina sufría un atraso en sus pagos que puede llamarse escandaloso;
en los años anteriores no se había pagado la consignación que le estaba seña-lada,
y se hicieron armamentos muy superiores á los medios con que contaba.
No hablo de lo que se le quedó debiendo en el año de 1802, y desde este tiem-po
se le adeudaban 262 millones de lo consignado para Europa, resultando de
esta enorme deuda hallarse los arsenales con pocos repuestos de efectos nava-les;
los buques con necesidad de carenas y recorridas; la maestranza, la marine-ría,
tropa y oficiales mayores y de guerra, acreedores á los jornales y sueldos de
muchos meses y aun años; lo mismo las dependencias de marina en las provin-cias,
en los hospitales y en América. Faltaba por último el crédito en la
hacienda de marina, porque se adeudaba mucho á los asentistas de todas
(4) BARBIER, Jacques A., y KLEIN, Herbert S.: «Las prioridades de un monarca ilustrado: el
gasto público bajo el reinado de Carlos III». Revista de Historia Económica. Año III, otoño
1985. núm. 3.
(5) CEPEDA GÓMEZ, José: op. cit.
(6) ALCALÁ GALIANO, Pelayo: «El combate de Trafalgar», REVISTA GENERAL DE MARINA,
febrero 1906.
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