TEMAS PROFESIONALES
sariamente observables ni, por tanto, fácilmente replicables. En puridad, las
relaciones causa-efecto solo pueden evidenciarse a partir de experimentos en
los que se aleatorice el tratamiento —aplicación de la táctica, en este caso—
entre individuos —unidades— similares.
Falacia del coste hundido
En un hipotético caso en que el desarrollo de un nuevo sistema de armas al
que se le ha dedicado una importante cantidad de recursos resulte fallido, los
desembolsos pasados no debieran comprometer el futuro, puesto que, llegado
el punto, al ser irrecuperables aquellos resultan irrelevantes para la eventual
decisión de continuar con el proyecto. Una situación parecida se da cuando un
país insiste en prolongar innecesariamente un conflicto bélico con el argumen-to
de que, si no, las bajas sufridas hasta el momento serían «muertes en vano».
En lo que muchos encuentran una explicación de lo acaecido con la Guerra
del Vietnam.
Decisiones colectivas: del pensamiento grupal a la sabiduría de las masas
Los sesgos decisorios individuales tienden a amplificarse en los grupos.
Así, la tendencia natural a no disentir con la mayoría, para evitar romper un
clima de armonía y consenso, puede resultar en un fenómeno de «pensamiento
grupal» (groupthink) que propicia malas decisiones. Desde esta óptica cabría
interpretar algunos eventos históricos desafortunados para sus promotores,
como la Guerra de Francia contra Prusia a finales del siglo XIX o la invasión
de bahía de Cochinos, en los que un líder —Napoleón III y Kennedy, respecti-vamente—
se ve incitado a una decisión desastrosa al ser jaleado por colabo-radores
estrechos que, aun siendo brillantes, se dejan llevar por un optimismo
excesivo, un pensamiento ilusorio (wishful thinking) y, digámoslo así, un
adulador borreguismo.
El comportamiento complaciente (yes, man) por el temor reverencial que
infunda un líder grupal autoritario; el pensamiento gregario en ausencia de
dirección planificada que resulte en un comportamiento de rebaño (herding); la
formación del criterio personal, en ausencia del mismo, a partir del de un colec-tivo
de predecesores —«cascadas informativas»—; la sustitución indiscrimina-da
del juicio propio por el del grupo por el temor al deterioro de la reputación o
prestigio personal —«cascadas reputacionales»—; el mayor extremismo en los
posicionamientos de grupos monocordes en cuanto a la procedencia, formación
e ideología de sus miembros —«polarización»—; la mayor propensión a la
asunción de riesgos de los individuos cuando se desenvuelven en compañía; o
la tendencia de los individuos al escaqueo (free-riding) cuando se integran en
722 Mayo