Fisher. El último capítulo concluye con los fondos del tesoro existentes en
nuestro país: una veintena de objetos adquiridos por el Ministerio de Cultura y
depositados en el Museo de América y dos donaciones, una de Fisher a la
Reina Sofía, un magnífico cañón que se exhibe en el Archivo de Indias y un
ancla donada por San Agustín de la Florida al Ayuntamiento de Avilés, que se
halla, montada en un artístico armazón, en la playa asturiana de Salinas.
Cada uno de los ocho capítulos, que acabamos de sintetizar, tratan de
temas interesantes que el autor expone con su habitual maestría junto con su
característica más destacada: la claridad. No entra, pues, en profundos o erudi-tos
análisis, sino que ha elaborado el libro que comentamos con miras al gran
público y no hacia una minoría de expertos. Continúa pues en la línea en la
que nos tiene acostumbrados, que es la de divulgar trozos de nuestro pasado
naval escasamente aireados, en general, por otros tratadistas e historiadores
navales.
También debemos destacar la amplia iconografía que ilustra la obra
—cuadros, retratos o grabados de personajes, fotografías, documentos, etc.—
en una gran mayoría, magníficamente reproducida a todo color. En general,
podríamos calificar el libro de redondo y bien acabado, pero le encontramos
un defecto: el tamaño de la letra, que constituye un inconveniente para una
buena parte de los lectores que ya hemos pasado el tramo de la edad provecta
y entramos en la categoría de viejo carcamal.
A Alejandro Anca ya no le apea nadie del escalafón de los destacados trata-distas
navales de nuestro tiempo. En más de una ocasión hemos encomiado
sus éxitos en estas páginas de nuestra REVISTA. Alguno de nuestros lectores,
parodiando un conocido cuplé, se preguntará: «de dónde saca-el tiempo-pa
tanto como destaca». Cuestión que viene a cuento si repasamos las tareas y
actividades a lo largo del pasado año pandémico: en enero, se presentó en el
Salón de Actos del Cuartel General su obra de dos volúmenes La Armada
Española en Filipinas; publicó un trabajo en la Revista de Historia Naval,
núm. 150; dos artículos en nuestra REVISTA, cuadernos de abril y monográfico
de agosto-septiembre; además ha publicado dos libros: Muerte en un mar
helado y el que estamos comentando. El 11 de diciembre de 2020, en un acto
presidido por la ministra de Defensa, recibió el premio «Francisco Moreno»,
de la REVISTA GENERAL DE MARINA. Todos los aconteceres que hemos detalla-do,
han sido sin detrimento de su trabajo profesional en un famoso bufete de
abogados de Madrid.
Para terminar, es de justicia afirmar que el libro se ve enriquecido por la
magnífica y jugosa presentación a cargo del almirante Juan Rodríguez Garat,
director del Instituto de Historia y Cultura Naval.
Mariano JUAN Y FERRAGUT
LIBROS Y REVISTAS
(Retirado)
826 Mayo