REVISTA EJÉRCITO
N.º 968 EXTRAORDINARIO NOVIEMBRE
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Por ello, desde el Cuartel General se
promueve la ejecución de un amplio
catálogo de actividades que incentivan
el liderazgo, el sentimiento de
legitimidad y utilidad de nuestros
cometidos, el respaldo de la opinión
pública, el logro de la credibilidad del
resto del Ejército, la confianza en sí
mismo y en la unidad de pertenencia,
la formación en valores, la cohesión
en la unidad y en la comandancia, el
bienestar del individuo y el apoyo a las
familias y a los veteranos: ejercicios
previstos e imprevistos, seminarios,
cursos, tareas de divulgación, interacción
social, ceremonias militares,
reconocimiento público, exaltación
del historial y los idearios, reforzamiento
psicológico, actividades militares
de información, asistencia sanitaria
eficaz y oportuna, apoyo social,
afiliación a los objetivos… y una mejora
continua de nuestras instalaciones
de vida y funcionamiento que culminarán
con la construcción de la ansiada
base discontinua «Teniente Ruiz»
son algunas de esas actividades.
En definitiva, la potencia de combate
no solo se cuantifica en la cantidad y
operatividad de los recursos disponibles,
sino en la capacidad intelectual,
física y moral de quienes los emplean,
siendo este último el multiplicador
primordial.
Indudablemente son muchas las
fortalezas de las unidades de la Comandancia
General de Ceuta y de
sus componentes, pero el margen de
mejora existe particularmente en lo
referente a medios e infraestructuras.
El vertiginoso avance de la tecnología
que permite disponer a los reales
o potenciales adversarios de medios
y armas letales a muy bajo coste y en
poco tiempo (incluso sin límites en
su modo de empleo), la aparición de
inéditas amenazas, de nuevas capacidades,
de nuevos cambios sociales
y equilibrios demográficos requieren
un permanente proceso de actualización,
renovación y modernización de
los medios. Ese margen de progreso
constituye el estímulo y el reto que
permiten la adaptación al cambio y la
mejora continua.
CONCLUSIÓN
La Comandancia General de Ceuta
contribuye a la seguridad y defensa
de esta plaza de soberanía española,
aislada, distante y compleja, aportando
sus capacidades de forma eficiente
en todas las líneas estratégicas
de acción militar, pero muy particularmente
en la de disuasión, que se
ejerce desde tiempo de paz.
A ello contribuye con las capacidades
que aportan unas unidades de
glorioso historial militar, adaptadas
a un pujante y cambiante presente
y dispuestas a enfrentar los retos
y amenazas de ese futuro volátil, incierto,
ambiguo y complejo, estando
preparadas física, técnica, táctica y
moralmente.
Además, dispone de unos medios óptimos
para cada una de las funciones
de combate y logísticas, que son operados
por un personal cualificado y
motivado, pero no complaciente, pues
la renovación, modernización e incremento
de los recursos e infraestructuras
disponibles y de la preparación
para emplearlos siempre es una aspiración
deseable y exigible.
Ante sí, afronta junto al resto del Ejército
importantes retos, tales como la
consolidación del proyecto Ejército
2035 y del Mando Operativo Terrestre;
la transformación digital y, con
ella, el Sistema de Dirección del Ejército;
la incorporación de nuevos materiales
(como el buque para transporte
logístico por vía marítima o los
sensores y sistemas aéreos pilotados
de forma remota de especial interés
local, entre otros) y tecnologías; la racionalización
de las estructuras y procesos
de gestión; la recuperación del
tempo en el adiestramiento después
del efecto COVID-19 y la incorporación
de las lecciones aprendidas de
las operaciones Balmis, Baluarte y Almina
V (gestión de crisis migratoria);
mantener la contribución a las actividades
de seguridad cooperativa y las
misiones internacionales (desde este
mes de noviembre un escuadrón del
Regimiento de Caballería participa
en la en la Operación L/H); la mejora
de las instalaciones de vida y trabajo
(con el progreso en la construcción de
la proyectada nueva base discontinua
y la próxima inauguración de una escuela
infantil); la contribución al afianzamiento
de la marca corporativa del
Ejército con la incorporación de los
denominados «embajadores de marca
» o la cooperación a la difusión de
la cultura de defensa a través del vasto
patrimonio militar existente y de las
efemérides anuales, como en este año
lo es la Campaña de Melilla 1921 en la
que hubo un señalado protagonismo
de las unidades de la plaza de Ceuta.
Y finalmente seguir contribuyendo
a que las unidades encuadradas en
esta comandancia continúen siendo
percibidas por nuestros conciudadanos
como instrumentos útiles, eficaces,
modernos, cercanos y resolutivos
para su seguridad y defensa.■