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REVISTA EJÉRCITO
N.º 968 EXTRAORDINARIO NOVIEMBRE
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manejo de equipos, interpretación
de las distintas alertas en amenazas,
modos de empleo y dispensación de
las contramedidas. Además, implica
consecuentemente el aumento de la
supervivencia de la Fuerza en zonas
de operaciones, donde la amenaza
misil es un riesgo.
VUELO EN PATRULLA
Las sesiones de instrucción de vuelo
previas al despliegue han sido ambientadas
con la recreación de un
teatro de operaciones dentro del
archipiélago canario y con gran similitud
al que posteriormente se
encontrará en Irak en lo referente
a radiocomunicaciones, procedimientos
y misiones tipo. El vuelo en
formación, tanto diurno como nocturno,
ha sido por tanto la tónica general
durante la última fase de la preparación.
La gestión y distribución de tareas en
cabina es más eficiente cuando los
miembros de la tripulación adquieren
un elevado grado de conocimiento
entre ellos. Conocer los puntos fuertes
y débiles de cada cual permite al
comandante de aeronave asignar cometidos
de la forma más adecuada
atendiendo a las circunstancias de
cada momento. Cuidar las relaciones,
incluso a nivel personal, es importante
para adaptar la carga de trabajo en
cada misión particular, permitiendo
anticipar y prever las reacciones de
los tripulantes.
Todo lo anterior cobra mayor importancia
en el vuelo en formación, donde
el jefe de patrulla deberá, en buena
medida, delegar cometidos durante
el vuelo entre los diferentes elementos
de la misma. Por ello, las patrullas
trabajan las misiones tipo, aumentando
la confianza y el conocimiento
entre sus elementos y afianzando los
procedimientos a emplear en zona
de operaciones.
Las tripulaciones, confeccionadas
desde los inicios de la preparación, se
han mantenido fijas durante la misma,
aunque en ocasiones se han cambiado
para así poder conocer la forma de trabajar
de cada uno de los miembros que
forman el equipo de la unidad de vuelo.
Todas estas actividades, y muchas
más, conforman la preparación de una
unidad de helicópteros tan particular.
La insularidad condiciona muchos aspectos
del vuelo y la distancia a la península
obliga a mantener un nivel de
adiestramiento elevado en una gran variedad
de misiones. Los componentes
del BHELMA VI trabajan a diario con
el mayor esfuerzo para que, cuando
se requiera, las máquinas estén listas
para volar, sus tripulaciones preparadas
para la acción y el resto del batallón
presto a sostener el esfuerzo.■
Vuelo en patrulla diurno