INFANTES LIGEROS, PROTECTORES
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LA INFANTERÍA EN
BALEARES
RECORRIDO HISTÓRICO DE
Y EXPEDICIONARIOS
Rafael Guisasola Rosique
Coronel de Infantería DEM | Jefe del Regimiento de Infantería «Palma»
PROTECTORES
DEL TERRITORIO Y
EXPEDICIONARIOS
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia, las islas Baleares
han constituido un espacio de
gran consideración estratégica para
los intereses de España y su protección
fundamental en la seguridad del
territorio peninsular español y el movimiento
por las rutas marítimas del
Mediterráneo.
La defensa de una isla es un caso
muy específico de la doctrina, en el
que no es posible cambiar espacio
por tiempo y donde el concepto de
defensa sin idea de retroceso alcanza
su máxima vigencia. Para luchar por
cada palmo de terreno el arma imprescindible
es la infantería.
No obstante, y siendo primordial, la
contribución de la infantería a la defensa
de las islas Baleares no ha sido
un esfuerzo único ni independiente,
sino ciertamente complementario a
un robusto despliegue de artillería
de costa que ha proporcionado desde
siempre alerta temprana y defensa
del litoral.
Como es conocido, la fuerza militar
en Baleares ha tenido el tradicional
cometido de defensa del archipiélago,
pero no únicamente. Se comprueba
que, en numerosas ocasiones
del devenir histórico, ha sido
preciso movilizar y alistar tropas para
desplegar en el exterior y contribuir al
esfuerzo bélico nacional en la propia
península en África, Filipinas, Cuba y
en los escenarios de crisis o guerra
más recientes.
Hablando de sus características, la
infantería en Baleares es, por imposición
del terreno, ligera, y sus unidades
muy móviles y flexibles. Los infantes
baleares cuentan con una voluntad
de vencer muy característica como
defensores y un empeño y decisión
sobresalientes como tropas expedicionarias,
como así lo demuestra el
siguiente recorrido histórico.
ANTECEDENTES
HISTÓRICOS
DE LA INFANTERÍA
EN BALEARES
EDAD ANTIGUA
Hablando de Baleares e infantería, la
primera imagen que aparece es la del
Hondero Balear. La iconografía histórica
presenta a los honderos baleares
como guerreros semidesnudos, tocados
con un casco frigio, portando
un pequeño escudo de piel de cabra
y armados con un venablo de madera
endurecida al fuego y, sobre todo,
con las famosas tres hondas, para su
uso según la distancia al enemigo y el
peso del proyectil.
Los honderos baleares podían disparar
a un blanco concreto hasta
cien metros y saturar una zona hasta
trescientos metros, y todo ello
con una carga logística realmente
mínima. En las guerras antiguas resultaban
tan desmoralizadores por
sus efectos como mortíferos por las