(Fragmento)
¿Cómo iba a olvidarme de ti, mi tierra anfibia,
que respiras las branquias de las aguas
y te ciñes la blusa azul del aire,
firmemente nupcial y deportiva?
¿Cómo voy a ausentarme
de esta rabia que caminan mis pies,
si es con lava y volcanes como pueden nombrarse
los silencios quemados en el alma,
si eres tú quien me llevas a cuestas
subiéndote a los hombros mi ternura
y alisándome hierbas y cabellos,
si he fraguado en tus valles
el cascabel del llanto y la alegría,
si ardo con tus fuegos y lloro con tus nieves,
si tu raíz de mar
me ha dado el universo por bandera,
y el amor, los amigos y el pájaro del sueño?
Nunca mi soledad tuvo montañas,
porque en tu orilla late el infinito
corazón de la sal,
convirtiendo la popular paloma de la sangre
en rumoroso vuelo,
dando a los horizontes almohada
y ofreciéndole al tiempo un refugio de arena
para que no se sienta un desterrado.
Pedro García Cabrera
Dedicado a la isla de La Palma,
con todo el cariño de la revista Ejército
Bosque de los tilos en la isla de La Palma