revista de aeronáutica y astronáutica / julio-agosto 2020
el Ejército del Aire frente a la COVID-19 597
Pero está demostrado que su uso
requiere de disciplina y coordinación,
ya que, en caso contrario, es
un caldo de cultivo para convertirse
en la ingobernable torre de Babel
que he citado anteriormente.
Ejemplos de buen uso los podemos
encontrar en salas de mando y
control como las disponibles en el
Sistema de Defensa Aérea, BOCS/
WOCS y el JFAC, que utilizan exitosamente
estas tecnologías mediante
la identificación y jerarquización
de los actores que intervienen en
cada sala, una fraseología común,
unos procedimientos y metodologías
de trabajo bien definidas.
El uso coordinado de ambas
herramientas consigue reducir
tiempos, facilitando el control y
permitiendo configurar una SA rápida
y dinámica, que posibilita al
mando una adecuada comprensión
del estatus de sus unidades a la par
que un canal de transmisión inmediata
de sus órdenes.
Aunque cada vez son más los
procesos que se centralizan mediante
aplicaciones de uso e interfaz
común, aún existen infinidad de
procesos cotidianos que, desde los
mandos, descienden a diario hacia
las unidades solicitando información
sobre personal, formación,
material, etc. Dicha información
debe luego ser recibida en cada
estado mayor para armonizarla,
fusionarla y priorizarla de cara a la
toma de decisiones.
Disponer de un repositorio o interfaz
común donde cada unidad
pudiese aportar su información
para que esta sea automatizada y
debidamente procesada reduciría
en gran medida el tiempo y el esfuerzo
que actualmente tienen que
emplear los mandos para gestionar
sus respectivos recursos.
Haciendo para nuestra organización
una abstracción de las tendencias
en gestión usadas en el mundo
empresarial, se trataría de cambiar
el actual paradigma push, en que
las tareas se reparten en sentido
descendente, al pull, en que cada
actor se encarga de proporcionar
sus productos en los tiempos y repositorios
indicados.
Un buen ejemplo de este paradigma
es el SIUCOM (Sistema de
Información de Unidades Centros
y Mandos). Del análisis de una situación
en que cada unidad aérea,
y según su peculiar idiosincrasia,
configuraba unas inmensas tablas
Excell, cuyos datos resultaban difíciles
de aunar dada la disparidad
de formatos e interpretaciones,
provocaba en no pocas ocasiones
una distorsión de la visión que se
le ofrecía al mando sobre estatus
situacional de sus unidades aéreas.
El problema reside en que el SIUCOM,
como el SIPERDEF, SL-2000,
SIMENDEF, SIDAE y tantas otras
soluciones de gestión, se han ido
desarrollando de forma independiente
y actualmente conforman
un ecosistema deslavazado y de
uso desigual, que impide el uso de
tecnologías de gestión avanzadas
como las de big data, que tan útiles
se han mostrado para la identificación
y optimización de procesos y
recursos de grandes organizaciones
como la nuestra.
Esto, unido a los diferentes niveles
de seguridad vigentes para
cada sistema, redunda en la multiplicidad
de redes y terminales que
se conectan a las mismas, en una
dispersión y duplicidad de la información,
lo que en no pocas ocasiones
resulta en una inconsistencia
de la misma, forzándonos a tener
que hacer continuos reajustes o a
multiplicar el trabajo para introducir
la misma información en varios
sistemas de información.
Por tanto, hacer un esfuerzo de
integración y simplificación redundará
en aligerar de forma considerable
la panza de nuestro iceberg,
explotando al máximo la ingente
cantidad de datos de que actualmente
disponemos, mejorando en
la gestión de los recursos de material
y personal con que nos dote el
Estado para ofrecer a los mandos
información rápida y consistente
que les ayude en su gestión.
No por difícil es menos necesario
unificar a las diferentes autoridades
operacionales sobre los criterios de
uso de sus respectivos sistemas/da-