TEMAS GENERALES
Cámaras vigilando a ciudadanos chinos. (Youtube)
rroristas para garantizar este proceso, situando la seguridad por delante de la
libertad, algo que un Estado como China puede permitirse.
En los últimos años, China ha puesto en marcha programas de reconoci-miento
facial y análisis de datos para adelantarse a cualquier amenaza.
Muchos uigures, algunos de ellos con nacionalidad extranjera, están obligados
a proporcionar información acerca de su comunidad y entorno, e incluso se les
impide salir de Xinjiang. Este universo de ultra-control es parte del estableci-miento
del estado de seguridad tecnológico promovido por Xi Jinping que
utiliza dispositivos que se basan en la Inteligencia Artificial, el Big Data y en
el cruce de datos para evaluar continuamente a los ciudadanos y su lealtad al
régimen.
China ha empezado a mover ficha para incrementar su participación en
Afganistán. La nueva situación se percibe como una amenaza, no una oportu-nidad.
La presencia de Estados Unidos se entendía como un desafío geopolíti-co,
pero también como una contención. Ahora que se han retirado, China
tratará de eliminar la amenaza terrorista que se cierne sobre Xinjiang. La
consolidación del poder de Pekín sobre Xinjiang y el vacío que se ha produci-do
en Afganistán va a provocar una mayor presencia de China en la región
que solo se verá limitada por el terrorismo, no se trata de una trampa sino de
neutralizar un nuevo «Arco de crisis», el proyecto ideado por Brzezinski y
que utilizaba movimientos subversivos para contrarrestar a Rusia y a China.
Para los afganos, las derrotas de los británicos en 1842, soviéticos en 1992,
y ahora la de Estados Unidos y sus aliados, se ha convertido en un símbolo de
690 Noviembre