
Miscelánea
121
Los Helicópteros en el Sahara
Cor. ART. D. José Antonio Acón Recuero
Secretario institucional de AVIET
El 12 de enero de 1976, los últimos militares españoles
abandonaron la hasta entonces provincia
española del Sahara Occidental. Fue un momento
muy emotivo, según relataba la prensa de la época.
El general Federico Gómez de Salazar, el último
Mando en la provincia del desierto, dijo que
«no fue una capitulación» y que con la retirada se
había «evitado mucha sangre y el luto de muchas
familias españolas». Así se daba por terminado
casi un siglo de historia colonial española en este
territorio africano, y se ponía punto final a una de
las páginas más limpias y prestigiosas del Ejército
español.
Hoy, el Sahara Occidental es el único territorio de
África pendiente de completar la descolonización.
El Sahara, breve historia
La población saharaui se islamiza en el siglo VIII,
a través de la influencia almorávide, que entonces
dominaba todo el norte de África y buena parte de
Al-Ándalus.
En el siglo XIII, los Maquil, que vienen desde Yemen,
se instalan en el Sahara occidental, mezclándose
con la población local; su principal tribu, los
Beni Hassan, traen su lengua, el hasanía, y pasa
a ser dominante durante varios siglos, en los que
no se limita a asentarse en sus territorios, sino que
extiende su área de influencia hasta Mauritania.
La población saharaui se islamiza en el siglo VIII,
a través de la influencia almorávide, que entonces
dominaba todo el norte de África y buena parte de
Al-Ándalus.
Desde entonces y hasta el siglo XIX, la población
del Sahara occidental tiene una sólida organización
en comunidades nómadas y seminómadas
que viven de la ganadería y del comercio a través
del desierto.
El Sahara occidental se divide en tres provincias:
Saguia-El-Hamra (Río rojo), al norte; Zemur, en
el centro y oeste; y Río de Oro al sur. Todas estas
zonas han estado siempre habitadas por las diferentes
oleadas de comunidades que las han ocupado,
y cada una tiene sus propias características.
Saguia-El-Hamra se llama así por el río que la recorre
transversalmente. Es la zona donde se hallan
las codiciadas minas de fosfatos y, muy probablemente,
su subsuelo guarda petróleo y gas natural.
Zemur es la zona húmeda del país, y Río de Oro,
donde el clima es algo más benévolo, está más
volcada a su costa, y es una zona predominantemente
pesquera.
El interés de España por la desértica región es
evidente si consideramos su cercanía con las Islas
Canarias y la riqueza pesquera frente a sus costas.
Es en esas circunstancias cuando se produce
la entrada de España en el Sahara occidental.
El primer paso fue la explotación pesquera de
una compañía española, la Sociedad de Pesquerías
Canario-Africana. Después vino un paso
fundamental: se trata del contrato, firmado en
1884, entre la Sociedad Española de Africanistas
y Colonialistas (SEAC) y los representantes
del pueblo saharaui. Comprendía un acuerdo
de cesión de territorio a cambio de protección
y beneficios comerciales. La población saharaui
temía la invasión francesa, que ya había
demostrado su superioridad militar a lo largo
del tiempo. Se trataba de un contrato entre dos
partes en pie de igualdad.
En 1884, el militar y arabista Emilio Bonelli
reconoció la costa entre el cabo Bojador y el
cabo Blanco, fundando tres establecimientos en
la costa saharaui: uno, Villa Cisneros; otro en el
cabo Blanco, al que le dio el nombre de Medina
Gatell; y el tercero en Angra de Cintra, con el
nombre de Puerto Badía.