Preparación
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movernos por su interior con seguridad total sobre
nuestro destino.
En las armadas que conocemos se sigue manteniendo
la separación física entre las instalaciones
para oficiales, suboficiales y marinería, y el
Tonnerre no es una excepción. En ningún caso
comparten comedores, cafeterías o alojamientos,
a excepción del gimnasio. Esta separación física,
unida a la falta de medios de comunicación personales,
tipo teléfono móvil, hace muy complejo el
mantener el contacto con el personal de la unidad.
Para ello, se tienen establecidos una serie de horarios
en los que los jefes de las distintas unidades
deben dar novedades de su personal al oficial de
servicio. El primer control es presencial mediante
una formación que se realiza a las 8:00 de la mañana,
justo después del desayuno. Para el resto, el
personal debe presentarse a sus jefes respectivos
para que estos puedan dar las novedades correspondientes.
Más de una vez tuvimos que requerir
la ayuda de la dotación del buque para localizar a
algún componente español extraviado por el laberinto
de pasillos.
Regreso a la base
El 19 de julio, previamente a que el buque realizase
sus maniobras de atraque en el puerto de Tolón,
y tras recibir la exposición correspondiente y
haber realizado las despedidas oportunas, los dos
helicópteros Cougar despegaron rumbo a Palma
de Mallorca, escala intermedia en la ruta seleccionada
hacia a El Copero. Las condiciones meteorológicas
fueron perfectas, lo que contribuyó a que
el vuelo se convirtiese en un viaje muy tranquilo.
Este ejercicio, además de proporcionarnos instrucción
como tripulación y de demostrar lo fácil
que puede ser integrar una unidad de AVIET como
UNAEMB en un buque francés, nos proporcionó
una experiencia personal intensa y gratificante.
Desde el oficial más antiguo hasta el más moderno
de los soldados disfrutaron de esos días embarcados
en un buque grandioso con una dotación
que nos mostró en todo momento una hospitalidad
propia de españoles.