LA PRISIÓN DEL REY DE FRANCIA: CONSIDERACIONES SOBRE ... 165
Don Hugo de Moncada (…)80. En el privilegio a Diego de Ávila del 22 de
abril de 1528: seyendo vos hombre darmas de la capitanía del dicho nuestro
visorrey de Nápoles (…)81. En el privilegio a Juan de Urbieta del 20 de
marzo de 1530: y siendo a la sazón hombre de armas de la compañía de D.
Hugo de Moncada (…)82.
Por aquel entonces, las compañías de caballería podían ser de hombres
de armas o de caballos ligeros. La de hombres de armas correspondía a
lo que podemos entender como caballería pesada. Solían ser de cien lanzas
y cada lanza en España podía estar constituida por un hombre de armas
sencillo, de una sola cabalgadura, o doblado, que mantenía dos caballos,
el segundo llamado “dobladura” o “de refresco”. El hombre de armas solía
disponer también de un “paje de lanza”. En el caso de Alonso Pita da Veiga,
sabemos por su relato que disponía de dobladura y paje de lanza, y que precisamente
en Pavía le mataron el caballo y tuvo que requerir del de refresco
Revista de Historia Militar, 127 (2020), pp. 165-192. ISSN: 0482-5748
para continuar la batalla83.
Esta condición de nuestros protagonistas no debe obviarse si se quiere
entender bien la captura del rey. Sabiendo que no uno, sino que los tres eran
hombres de armas, es decir, de caballería, no parece muy creíble que capturaran
al rey en tierra como dicen algunas crónicas.
La muerte del caballo del rey
Tanto el marqués de Pescara como el abad de Nájera cuando, en sus
cartas, informan al emperador de la captura del rey, nada dicen de cómo murió
el caballo. Así, Pescara dice simplemente: fue preso el Rey de Francia84.
El abad de Nájera: fuele muerto el cabayo y en cayendo en tierra85. Valdés:
80 Trabajo inédito de G. Pita da Veiga y F. Dopico. Véase nota 29.
81 FERNÁNDEZ DURO, Cesáreo. op.cit.
82 ISASI, Lopo de. op.cit.
83 Los hombres de armas debían ser personas de cierto nivel económico, dados los gastos que
suponían las armas y armaduras, cabalgaduras, así como el sueldo y mantenimiento del paje,
y se les exigía cierta condición, bien de hidalgo, bien cristiano viejo, o bien no haber desempeñado
oficios de los considerados viles. Iban pesadamente armados provistos de armadura
completa. Entre sus armas, contaban con la lanza de ristre como pieza más característica, un
estoque colgado del arzón, una espada de armas de gran envergadura para combatir en tierra
en caso de ser derribado y una daga. (O’DONNELL Y DUQUE DE ESTRADA, Hugo. Los
hombres de armas de las Guardas de Castilla, elemento básico en la estructura militar de la
España de Felipe II. La organización militar en los siglos XV y XVI en Actas de las II Jornadas
Nacionales de Historia Militar. Sevilla, 1993. QUATREFAGES, René. La organización
militar en los siglos XV y XVI. La organización militar en los siglos XV y XVI. Actas de las
II Jornadas Nacionales de Historia Militar. Sevilla, 1993).
84 CABALLERO, Fermín. op.cit.
85 NÁJERA, véase nota 75.