226 ANTONIO PRIETO BARRIO
ANEXOS
Transcripciones relativas a las operaciones en Cuba50
«Al iniciarse la guerra con los Estados Unidos, el Capitán general de
la isla, por conducto de Salcedo, me encomendó el reconocimiento, organización
y jefatura de una línea marítima de comunicación entre los puertos
de Caibarien y Nuevitas, trazada entre la línea de los grandes y pequeños
cayos que bordeaban la parte norte de la isla, y la costa correspondiente
de ésta, produciendo, bahías, esteros, y largos, tortuosos y estrechos canales,
todo lo cual aumentaba la longitud de 300 kilómetros que había en
línea recta, entre los dos puertos citados, a cerca de 400; y obligaba, a no
poder utilizar más elementos de transporte que lanchas chalanas, con un
desplazamiento máximo de 6 toneladas, y con tres metros de manga, movidas,
exclusivamente a vela, remo o palanca, según los trozos de recorrido,
lo que elevaba la duración de este, de tres a cinco días según la dirección
de los vientos reinantes. Como el bloqueo norteamericano impedía toda
comunicación marítima por el exterior de los cayos y por alta mar, y terminaba
en Caibarien, el único ferrocarril que desde La Habana se dirigía
hacia oriente, la línea de comunicación proyectada, era el único medio de
llevar víveres y material de guerra en esa dirección. Naturalmente, tan complicada
empresa, obligó al alto mando a conferirme grandes atribuciones,
desusadas en mi categoría de Capitán, tanto para requisar elementos de
transporte marítimo, civil con sus dotaciones de personal, como para solicitar,
directamente, de las autoridades militares, terrestres o marítimas,
grandes o pequeñas, locales o comarcales, todo lo necesario; primero para
establecer fortines en las bolcanas abiertas entre los cayos, con objeto de
dificultar o impedir la entrada a las bahías, de fuerzas marítimas ligeras
norteamericanas; segundo, para poder disponer, en las bahías, de barcos
de guerra que, llegado el caso de que aquellas fuerzas enemigas hubiesen
logrado entrar, combatirlas; tercero para situar igualmente fortines en las
orillas de los canales, para batir los insurrectos que intentasen impedir
el paso de los convoyes; y cuarto para proporcionarme escoltas para las
lanchas. Como las necesidades de todo orden, en los ejércitos de Oriente,
eran cada día más apremiantes, y frecuentes las reclamaciones dirigidas al
Capitán general, al serme comunicada, una de ellas, con carácter urgentísimo:
al día siguiente de mi llegada a Caibarien para empezar el trabajo,
tuve que decidir el preparar inmediatamente mi primer convoy, sin esperar
50 GALBIS, Testamento laboral, op. cit., pp. 2v-3, 4-4v, 5-5v, 6.
Revista de Historia Militar, 127 (2020), pp. 226-232. ISSN: 0482-5748