LA PRISIÓN DEL REY DE FRANCIA: CONSIDERACIONES SOBRE ... 177
Oznaya, lo hubiese mencionado. Ninguno de los dos que participaron en la
batalla y escribieron sendas crónicas fue testigo de la captura y, desde luego,
tienen mucha más credibilidad el relato de Pita da Veiga, las cartas de Salm,
Alarcón y los privilegios.
Últimamente hemos leído que incluso la concesión del hábito de Santiago
a Urbieta es considerada como prueba de su preeminencia, si bien esta
concesión fue a petición del propio Urbieta, 17 años después. Ante esto,
de igual manera, podemos decir que, en el año de 1700, en la cédula Real
de Concesión del Título de Castilla de Conde o Marqués de los Casares a
Gaspar Maldonado y Ponce de León, casado con Mª Antonia Pita da Veiga,
heredera del mayorazgo de su apellido138, entre los méritos y causas de
la concesión está la real promesa hecha a los herederos de Alonso Pita da
Veiga, cuyos derechos habían recaído en Mª Antonia Pita da Veiga139. No
estamos de acuerdo en ninguno de los dos razonamientos.
Revista de Historia Militar, 127 (2020), pp. 177-192. ISSN: 0482-5748
JUAN DE ALDANA
Un caso digno de destacar es el del Coronel Juan de Aldana140. Algún
autor ha reclamado para él la captura del rey, quejándose de que la gloria
fuese para otro: Que fue Aldana quien hizo prisionero al monarca francés,
no cabe duda alguna. Consta así en los privilegios, el uno de Carlos V concedido
al mismo Aldana, dado en el campo de Túñez a 20 de julio de 1535
y otro de Felipe II concedido a Marco Antonio de Aldana, hijo, el 1 de julio
de 1589 (...).141
Las prendas que avalan a Aldana son la espada, el puñal de Francisco
I, unas Horas de Oficio de la Virgen y la cadena de la Orden de San Miguel.
Dicha famosa espada fue entregada a Napoleón a través de Murat en 1808,
138 PITA DA VEIGA GOYANES, Gabriel. Capillas de la Concepción: Maldonado – Pita da
Veiga. Revista Cátedra nº 13, Puentedeume, 2003.
139 Ibídem.
140 Según su privilegio, el coronel Juan de Aldana fue de los primeros en entrar en el Parque de
Mirabello una vez abierto el muro, en el amanecer del día de la batalla. Te audaciter irrumpente,
dicta pars muri cecidit & Primus cum reliqua cohorte indeterrimo impetu ingressum
fecisti ubi tadem omnes egredientes priman aciem catafractorum in qua ipse Rex aderat, (...)
Precisamente, una de la primeras acciones en las que pudieron participar estos hombres también
la recuerda el propio Alonso Pita da Veiga en su relato, lo que permite sospechar dónde
pudo conseguir Aldana los preciados objetos y en qué momento: El otro día al alba que era
XXIIII de hebrero entramos la gente de armas y caballos ligeros dentro y luego nuestros
caballos ligeros enpeçaron a escaramuçar con los suyos y fueron a Mirabel donde era el
aposiento del Rey y lo quemaron y saquearon lo que hallaron, (...).
141 BALAGUER, Víctor. Las calles de Barcelona. Editorial de Salvador Manero. Barcelona,
1865