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SECCIONES - OBSERVATORIO INTERNACIONAL
YEMEN: TREGUA NACIONAL TRAS EL
RECRUDECIMIENTO DEL CONFLICTO
Alberto Pérez Moreno
Coronel de Infantería DEM retirado
Al inicio del octavo año de lucha en
Yemen un acuerdo negociado por
el enviado especial de ONU, Hans
Grundberg, entre la coalición liderada
por Arabia Saudí y el grupo huti alineado
112 / Revista Ejército n.º 973 • mayo 2022
con Irán, ha logrado una tregua
de dos meses, a partir del 2 de abril,
que podría renovarse con el consentimiento
de las dos partes. Los contendientes
aceptaron detener las operaciones
militares aéreas, terrestres y
marítimas dentro de Yemen y fuera de
sus fronteras, que los barcos puedan
descargar combustible en el puerto de
Hodeida y permitir vuelos en el aeropuerto
de Saná1. El acuerdo, aceptado
por ambas partes, incluía abrir las
carreteras con Taiz y otras provincias,
aunque días después ambas partes se
acusaban de violar la tregua2.
En palabras del enviado especial de
EE. UU. en Yemen, Tim Lenderking, el
acuerdo ha llegado en un «momento
decisivo» y parece posible poner fin a
un conflicto que, en gran medida, es
una guerra de poder entre Arabia Saudí
e Irán. Además, la tregua se ha producido
días después de que Naciones
Unidas advirtiera que Yemen puede
ser «olvidado» por la evolución de la
invasión rusa de Ucrania3, al tiempo
que alertaba que solo han recaudado
1300 millones de dólares para atender
a 17,4 millones de personas que
necesitan asistencia humanitaria,
cuando la meta eran 43004.
INTENTOS DE PAZ Y
RECRUDECIMIENTO DEL
CONFLICTO
Es cierto que ya habían tenido lugar
consultas y treguas temporales antes
del recrudecimiento de la guerra,
como el Acuerdo de Estocolmo de
2018, que nunca llegó a cumplimentarse
en su totalidad, las conversaciones
de paz de 2016, o el cese el fuego
ofrecido por Arabia Saudí en 2021.
Pero la escalada de los hutíes en los
últimos meses con bombardeos de
misiles y drones en el interior de Arabia
Saudí y Emiratos Árabes Unidos
(EAU), parecía indicar que Arabia
Saudita no había conseguido derrotar
a los chiitas hutíes que controlan la
capital Saná, la mayor parte del norte
yemení y el 80 % de la población, al
tiempo que aumentaban los desplazados
internos que, en diciembre 2020
ya alcanzaban 3,6 millones, y Naciones
Unidas estimaba en 377 000 las
muertes, la mayoría por desnutrición,
en los siete años de conflicto5.
Desde el mes de marzo los hutíes han
lanzado múltiples ataques contra objetivos
en Arabia Saudí entre los que
destacan las refinerías de Riad, Ras
Tanura y Rabigh, la desalinizadora de
Al-Shaqee, las instalaciones petroleras
en Jizan y Najran y el posterior a un
almacén de Aramco en Yedda, cerca
del circuito de Fórmula 1. Los saudíes
han podido frustrar algunos ataques,
como el de la planta de gas licuado
en Yambú, pero lo más importante es
que provocaron una fuerte represalia
saudí con bombardeos en Saná y Hodeida6.
A su vez EAU, que sigue activo
en la lucha en Yemen aunque retiró
sus tropas en 2019, también ha sufrido
ataques de misiles hutíes como el
del 17 de enero, cuando mantenían
conversaciones internacionales con
asistencia del presidente de Corea del
Sur. Más tarde un misil Zulfiqar alcanzaba
Abu Dabi, y Dubái sufría ataques
con drones durante la visita oficial del
presidente israelí7. Pero a pesar de los
ataques a Arabia Saudí y EAU continuaron
los intentos de conversaciones
de paz, entre los que destacan las
consultas de Grundberg en Amman a
primeros de marzo, y la propuesta del
CCG de conversaciones multipartidistas
con los hutíes en Riad entre el
29 de marzo y el 7 de abril, que el jefe
huti del Gobierno de Salvación yemení,
Abnulaziz bin Habtur rechazó, a no
ser que se realizaran en territorio neutral8.
No obstante el 18 de mayo, fecha