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INTRODUCCIÓN
Con el colapso de la Unión Soviética,
aparece un nuevo panorama estratégico
en el mundo y su aspecto más
destacado es el cambio en la naturaleza
de los conflictos armados, en los
que los nuevos actores son grupos
paramilitares, milicias, guerrillas…,
que se ven favorecidos por Estados
débiles, incapaces de garantizar su
seguridad interior.
A la par, surge el concepto de «seguridad
humana», que otorga a la «seguridad
del individuo» un papel predominante
frente a la idea tradicional de
«seguridad del Estado», lo que provoca
el nacimiento y consolidación de
lo que hoy conocemos como reforma
del sector de seguridad (RSS en
adelante)1, que se ha erigido como la
solución más efectiva y solidaria para
llevar a cabo las operaciones actuales
en el exterior.
Esta recoge conceptos desarrollados
por la comunidad internacional en el
marco de la ONU, como la prevención
de conflictos, la consolidación de la
paz o la responsabilidad de prevenir y
de reconstruir, si bien supone una superación
de ellos al tratar de integrar
seguridad y desarrollo, adoptando el
concepto de «seguridad humana»
como eje vertebrador de su acción2,
buscando generar procesos de buena
gobernanza y fortaleciendo el Estado
de derecho a través de la reforma
de los distintos sectores de seguridad
(defensa, policía, justicia, penal, etc.)
en diferentes dimensiones (política,
institucional, económica y social).
La RSS encaja a la perfección con el
espíritu idealista de la UE, que ha desarrollado
capacidades complementarias
de gestión militar y civil de crisis
en el marco de la política europea de
seguridad y defensa (PESC)3. De hecho,
la Estrategia Global para la Política
Exterior y de Seguridad de 2016
(en vigor) la asume expresamente
como un modelo para guiar la política
de ampliación y que contribuya a
mejorar la resiliencia de las regiones
circundantes4.
Desde un punto de vista exclusivamente
militar, la doctrina española recoge
este concepto dentro de las acciones
militares tácticas que se llevan
a cabo en una operación de estabilización
como un apoyo a todo el proceso
de la RSS5. En la PD2-001 (vol. 3),
se contemplan la asistencia en el desarrollo
de los servicios de seguridad
de la nación anfitriona y la instrucción,
adiestramiento y tutelaje6 como posibles
actividades que pueden realizarse
en este marco.
EUROPEAN UNION TRAINING
MISSION MALI (EUTM MALÍ)
La misión de la EUTM Malí, que se encuentra
en su quinto mandato (definido
para el periodo que abarca desde
mayo de 2020 hasta mayo de 2024),
es proporcionar al Ministerio de Defensa
y a las FAMa asesoramiento
militar para que alcancen un nivel
de autonomía adecuado a la hora de
afrontar los grandes retos en materia
de seguridad que tienen por delante,
realizar operaciones militares con
la finalidad de restablecer la integridad
territorial y reducir la amenaza
que suponen los grupos terroristas
(tanto yihadistas como de otra índole).
Además, proporciona asistencia
militar al G5 Sahel7, especialmente
a la Joint Force G5S, para favorecer
su operatividad. Todo esto supone un
gran esfuerzo que se realiza a través
de cuatro pilares: asesoramiento, enseñanza,
instrucción y adiestramiento
y apoyo al G5 Sahel.
También es importante cooperar con
los demás actores en la zona, en especial
con la EUCAP, ya que, debido a
que es una misión civil, no puede dar
un enfoque militar a la enseñanza de
ciertos procedimientos, como el establecimiento
de check points, el registro
de vehículos y personas…
Para obtener el máximo rendimiento,
además de mostrar siempre imparcialidad
e independencia, se debe
buscar un enfoque flexible, modular
y adaptable a sus necesidades. Para
ello, las actividades pueden llevarse
a cabo de una manera centralizada o
descentralizada, y esta última es la razón
de ser de los MTMT (mobile training
and mentory teams).
TRAINING
La ATF (Advisory Task Force), con
sede en Bamako, y la ETTF (Education
and Training Task Force), en el
Distintivo de la misión