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El uso de los anglicismos depende de
diversos factores de carácter sociolingüístico,
entre ellos, la posición social
del hablante, el canal comunicativo y
el tema tratado. Uno de los factores
más importantes es el relacionado
con el usuario de la lengua ya que forma
parte de un grupo específico de
hablantes. En este grupo específico
se situaría el profesional de las FAS.
Los anglicismos son más frecuentes
en el lenguaje escrito y se usan en un
dominio restringido y específico, en
estos parámetros también coincide
plenamente con el uso que se hace y
se le da en las FAS.
La posición de España en el concierto
internacional obliga a que su actuación
deba dirigirse, preferentemente,
hacia unos ámbitos geoestratégicos
considerados prioritarios por razones
geográficas, históricas, culturales,
económicas o de otra naturaleza; y a
reforzar las relaciones, con aquellos
países con los que se comparten intereses
comunes, para encontrar soluciones
multilaterales a través de la
unificación de esfuerzos. Por ello, la
cooperación se basa en la comunicación,
la coordinación y la convergencia
de esfuerzos en materia de interés.
La entrada de España en distintas organizaciones
militares y civiles trajo
consigo una consecuencia inmediata:
un mayor compromiso internacional a
todos los niveles, pero principalmente
en los aspectos económicos, sociales,
políticos y militares. Para poder hacer
frente a todos estos compromisos con
la eficacia debida, era necesario un esfuerzo
colectivo para la mejora de las
competencias lingüísticas del personal
relacionado con estas organizaciones
y, sobre todo, del personal militar
directamente involucrado.
Estos compromisos militares no solo
se materializan en la adquisición de
material y armamento, sino también
en la colaboración y participación en
continuos ejercicios multinacionales,
en la presencia española permanente
en cuarteles generales de la OTAN y
en la intervención directa o indirecta
en conflictos internacionales en otros
países.
En este tipo de intervenciones internacionales
se necesita una rápida
adecuación de procedimientos y de
adaptación a un entorno desconocido
que solo se consigue gracias a la
disposición de procedimientos de colaboración
internacionales normalizados
y de medios apropiados para la situación
de emergencia requerida que
permitan llegar con rapidez al lugar de
la emergencia y actuar con diligencia.
Estos compromisos ponen de manifiesto
la trascendencia y el valor que
supone disponer de unas FAS lingüísticamente
preparadas para emplear,
con la destreza requerida, la lingua
franca del siglo xxi, lo que posibilita
la colaboración efectiva entre países.
El uso de los
anglicismos
depende de
diversos factores
de carácter
sociolingüístico,
entre ellos, la
posición social del
hablante, el canal
comunicativo y el
tema tratado
El lenguaje militar, como ya se ha indicado,
es un lenguaje especializado
que está muy influenciado por el avance
de la tecnología militar y la implementación
de una doctrina colectiva.
La adquisición de material, la participación
activa en reuniones internacionales,
en la redacción y aprobación
de procedimientos y en la implementación
de un marco doctrinal común,
viene acompañada de la llegada de un
número significativo de unidades lingüísticas
que no encuentran su «acomodo
lingüístico» o su equivalente en
español, por lo que carecen de contenido
léxico y semántico en nuestro
idioma. En el ámbito militar, la necesidad
de nombrar y de entender ese
nuevo material o concepto de la forma
más rápida posible, hace que el término
supere ese «vacío» idiomático y se
incorpore ipso facto al acervo militar.
Llegados a este punto, se puede inferir
que la rápida integración de estas
palabras inglesas no responde, en
ningún caso, a motivos triviales sino
todo lo contrario: su incorporación se
debe a factores tales como el ya mencionado
de la necesidad de cubrir un
vacío existente en nuestro idioma,
la intención formativa del militar y la
consecución de la máxima interoperabilidad
en el menor tiempo posible.
En el caso de las FAS, la utilización
de anglicismos o de acrónimos tiene
unas connotaciones y unos objetivos
distintos a los de cualquier otro ámbito
en el que también haya presencia
de estos fenómenos. En las FAS no
son percibidos como una amenaza ni
como un problema; en todo caso, se
sienten más como una contribución
que permite una mayor comprensión
de los términos ingleses, de los procedimientos
que se deben seguir, de
la situación a la que hacen referencia y,
colateralmente, contribuyen al incremento
de nuestro lexicón idiomático.
A lo dicho anteriormente, habría que
añadir otras circunstancias que también
contribuyen a la extensa difusión
de los anglicismos: el manejo rutinario
de documentos y formularios internacionales,
la participación frecuente en
reuniones, cursos, intercambios y comisiones;
la búsqueda de la economía
en el lenguaje, y el uso intencionado
de un lenguaje especializado dirigido
a una audiencia específica que utiliza,
entiende y asimila correctamente ese
tipo de lenguaje críptico.
En las FAS el propósito de la rápida
integración de los anglicismos es evidente:
rápida asimilación del significado,
del concepto o del procedimiento
que hay detrás de ese vocablo, porque
el vocabulario militar se adapta,
se amplía y, sobre todo, se enriquece
con toda nueva forma léxica que se incorpora
a él. Al igual que en cualquier
otra lengua, la incorporación de neologismos
al vocabulario de las FAS evita
su fosilización y, a la vez, consigue una
constante renovación de la nomenclatura.
Las FAS avanzan, así como lo
hace la tecnología, ya que evitar la ruptura
«comunicativa» y lograr la correcta