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80 / Revista Ejército n.º 973 • mayo 2022
una órbita hispánica, toda vez que se inicia, con la empresa
de Cortés, la penetración continental, que hasta ese
momento ha quedado limitada al área del Caribe, con los
ensayos colonizadores en las islas y tierra firme. Hernán
Cortés, con su acción, dará un nuevo aire a la actuación,
el asentamiento poblador y la integración de territorios
—hasta ese momento, aglutinados bajo mandos imperiales
indígenas— en la Corona de España.
NÚCLEOS DE EXPANSIÓN CONTINENTAL
La acción expansiva en las Indias se rige por el establecimiento
de bases de penetración, asentamiento y proyección
hacia nuevas empresas. Dicho proceso no se
interrumpe hasta el final de la dominación española en
América. En este entorno, destacan especialmente el núcleo
expansivo mexicano, el peruano, el de la costa del
Caribe y el del Río de la Plata.
EL NÚCLEO EXPANSIVO PERUANO
La segunda gran empresa, en estricto orden cronológico,
fue la que se encarnó en una personalidad radicalmente
distinta de Cortés, el también extremeño Francisco
Pizarro, el cual llevó a cabo la conquista del Perú.
El origen territorial de la empresa peruana fue Panamá
y su principal actor, un veterano de las Indias, Pizarro,
presente en ellas desde el año 1502. La vida sedentaria
no era atractiva para un hombre de acción como él, especialmente
cuando por aquellas fechas se conocían los
resultados obtenidos por Cortés. En este entorno, pidió
permiso al gobernador de Castilla del Oro para dirigir una
acción hacia el norte, con objeto de enlazar con el área
mexicana. Esta expedición no produjo ningún resultado
positivo, por lo que el extremeño se vio obligado a regresar
a Panamá.
En 1526, sucede el relevo del gobernador de Panamá,
momento que Pizarro aprovecha para incorporarlo a una
segunda expedición, la cual le llevará a la conquista del
Perú. A tal fin, el 26 de julio de 1529 la emperatriz doña
Isabel firma las capitulaciones con Pizarro en Toledo. En
ellas, se le concede licencia para descubrir y conquistar
hasta doscientas leguas de la costa del Perú; además,
se le nombra gobernador y capitán general del territorio
conquistado. El 27 de diciembre de 1530 son bendecidos
en Panamá el estandarte real y las banderas de la hueste
conquistadora, y, en enero de 1531, sale de la ciudad con
ciento ochenta hombres, treinta y siete caballos y tres
navíos. Su lugarteniente, Diego de Almagro, se queda en
dicha ciudad reclutando hombres y haciendo acopio de
víveres y munición.
Pizarro entra en contacto con el Imperio inca en un momento
en el que este se veía sacudido por los coletazos
de una guerra civil iniciada en 1526 a causa de su división
entre Atahualpa y Huáscar, hijos de Huayna Cápac, conquistador
de Quito. En ella Huáscar fue derrotado, hecho
García Hurtado de Mendoza prisionero y ejecutado.