PAÑOL DEL ESPAÑOL
(Limpia..., fija... y da esplendor)
HABLANDO DE INGENIEROS
DE LA ARMADA (I)
Dos años, sí, han sido dos años invertidos
escribiendo el libro Cuerpo de Ingenieros de
la Armada: herederos de la tradición, impul-sores
del progreso, conmemorativo del 250
aniversario de la creación de nuestro Cuerpo
que, como dice el almirante jefe de Estado
Mayor de la Armada en el prólogo, «aúna a la
perfección tres marcadas vocaciones: la mili-tar,
la de marino y la de ingeniero».
Durante este intensísimo bienio, en medio
de la dichosa pandemia, creo haber aprendido
—mejor sería decir, aprehendido— que la
historia del Cuerpo, al que tengo el honor de
pertenecer, es una de las muchas facetas que
tiene ese diamante maravilloso que constituye
la Historia de España (con mayúscula), pues,
como afirma el vicealmirante ingeniero direc-tor
de Ingeniería y Construcciones Navales
A veces los ingenieros no son genios,
pero siempre se las ingenian.
Fernando SanFernando.
en el preámbulo del libro: «Ahondar en la
historia del Cuerpo de Ingenieros de la Arma-da
es, en cierto modo, una manera de navegar
por el inmenso océano de la Historia de Espa-ña.
Porque este Cuerpo, como no puede ser
de otra forma, ha seguido sus avatares».
Podría seguir llenando líneas hablando de
nuestros ingenieros, pero, parafraseando el
título de la célebre película protagonizada por
Clint Eastwood, estaría cometiendo dos erro-res:
el primero, y el más grave, sería destri-par,
torpedear el libro resumiéndolo, en vez
de sugerir a los lectores que lo devoren desde
la quilla hasta la coronilla; y el segundo,
consistiría en romper el hilo conductor que
deben seguir estas páginas del Pañol del
Español que no es otro que hablar del idioma.
Aunque, quizás, haya encontrado un término
2021 1009