TEMAS GENERALES
Junto con el descubrimiento del agua, el M3 de la NASA pudo confirmar
la abundancia de tierras raras en la Luna, llamadas así por su limitada presen-cia
en nuestro planeta, cuya importancia para la fabricación de componentes
electrónicos y el desarrollo de componentes militares, según John S. Lewis
(8): «No puede ser puesta en duda pues sus recursos deseables son de cientos
a miles de veces más abundantes que en la Tierra».
La existencia de estos tres elementos en nuestro satélite, además de la posi-ble
riqueza en elementos muy demandados, pero muy exiguos en la Tierra,
tanto en la Luna como en asteroides de oportunidad (9), ha generado un inte-rés,
tanto público como privado, que pretende su control y explotación, y ha
visto nacer una nueva rama de la economía que se ha bautizado como
«astroeconomía», una posibilidad de negocio que ha propiciado la reactiva-ción
de los programas espaciales de las principales potencias.
Las ambiciones chinas en la Luna
Por ello, aunque el poder nacional, el prestigio internacional y la cohesión
de su pueblo, fueron los motivos originales que alentaron a Pekín a buscar su
yi xi zhi di y, gracias a él, obtener su zhi tian quan, el nacimiento de la astroe-conomía
ha renovado el afán del país asiático por establecerse en la Luna.
Nuestro satélite es una gran fuente de energía y China es consciente de que, si
quiere situarse en ventaja, deberá hacerlo antes que sus competidores; en pala-bras
del profesor Ouyang Ziyuan: «El objetivo y la tarea a largo plazo de
China es establecer una base en la Luna para aprovechar y hacer uso de sus
ricos recursos. La Luna podría servir como un nuevo y un gran proveedor de
energía y recursos para los seres humanos ... quien primero conquiste la
Luna primero se beneficiará de ellos».
Para ello Pekín ha desarrollado el programa Chang’e, bautizado en honor a
una diosa que, conforme a la mitología china, vive en nuestro satélite. Este
programa hasta la fecha ha lanzado las misiones Chang’e-1, 2, 3, 4 y 5, y tiene
previsto tres más: la Chang’e-6, con la misión de retornar con muestras del
polo sur lunar; la Chang’e-7, para el reconocimiento del polo sur lunar; y la
Chang’e-8, con la intención de probar la tecnología necesaria para establecer
una base de investigación lunar para 2036.
(8) Autor del libro Mining the Sky. Untold Riches from the Asteroids, Comets, and Planets.
(9) El prestigioso banco de inversiones «Goldman Sachs», en un informe publicado en
2017, hacía referencia a una perspectiva de negocio de billones de dólares, y tomaba como refe-rencia
un informe de la compañía Planetary Resources en el que se estimaba que: «Un solo
asteroide del tamaño de un campo de fútbol (americano) podría contener platino por valor de
entre 25 mil millones y 50 mil millones de dólares».
892 Diciembre