Conclusiones
Bajo el punto de vista estrictamente estratégico y naval, Australia ha acer-tado
de pleno al cambiar la construcción de un submarino convencional
diésel-eléctrico inexistente, que además carecía de AIP y baterías de litio, por
un submarino nuclear de ataque, con una autonomía en la mar de tres meses,
con la garantía de la Marina norteamericana, que actualmente construye el
mejor submarino nuclear del mundo, el USS Virginia, con la experiencia
inigualable de haber construido 228 submarinos nucleares, y la sola pérdida
de dos de ellos, el USS Thresher (SSN-593) con toda su dotación en 1963, por
una mala soldadura de plata en una tubería de agua de mar y su contemporá-neo,
el USS Scorpion (SSN-589), desaparecido por causas desconocidas cerca
de las islas Azores en mayo de 1968. Estos dos accidentes, comparados con la
docena de accidentes nucleares sufridos por la Marina soviética más tarde
rusa, dan un índice de la calidad de la construcción norteamericana.
La siguiente consecuencia de la decisión adoptada, es la premisa de cons-truir
los ocho SSN en Australia, tarea para la que la industria local no está
preparada y que le llevará al menos una década transformarse para empezar a
construir la primera unidad que no podrá estar operativa hasta finales de la
década de 2030. Existe la posibilidad de un préstamo o leasing, de uno o dos
submarinos nucleares norteamericano clase Los Angeles, para la formación y
adiestramiento de las primeras dotaciones, tal y como ha hecho Rusia con la
India.
El Gobierno australiano, ha tenido el pasado 16 de septiembre la visión
estratégica, que coloca a su Armada entre las ocho que tienen o tendrán un
SSN en su lista oficial de buques, incluyendo además de las ya conocidas de
Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia, a la de la India, próxi-mamente
Brasil y en el futuro Australia.
TEMAS GENERALES
2021 909