Conclusión
TEMAS PROFESIONALES
La crisis del COVID-19 ha venido a acelerar unos cambios que ya se
profetizaban. El teletrabajo ha sido, quizás, uno de los mayores cambios a los
que forzosamente nos hemos tenido que adaptar.
Una vez atestiguado que este nuevo modelo laboral es ya una realidad
posible, únicamente queda afrontar esta realidad con optimismo, voluntad y
moral de victoria. Tres elementos clave para conseguir obtener las mejores
oportunidades que todo cambio disruptivo brinda. Un cambio que no debe
olvidar nuestra esencia, valores, tradiciones e idiosincrasia; pero que tampoco
puede obviar las sabias palabras de Charles Darwin, que decían: «Las especies
que sobreviven no son las más fuertes, sino aquellas que se adaptan mejor al
cambio».
Y para este cambio, como para cualquier otro, se necesitan líderes que sean
capaces de, con espíritu constructivo, ser críticos, aceptar el cambio como una
etapa más en la evolución humana y tener la voluntad y el compromiso nece-sarios
para guiar a la Armada hacia un nuevo entorno socio laboral centrado
en la gestión del talento, el valor del dato y la optimización de los recursos.
Un entorno en el que el recurso de personal es el más importante, pues sin
personal cualificado y motivado será imposible hacer frente a los retos y
amenazas que asoman por el horizonte. Deberemos hacer más con menos. Y
deberemos hacerlo mejor.
No debemos olvidar que nuestra gente, además de su férrea vocación mili-tar,
también tiene obligaciones familiares y personales. Unas obligaciones que
cada día son más exigentes.
Para ciertas empresas, proveer un entorno de trabajo que facilite la conci-liación
familiar y a la vez mejore la productividad ya es posible. Las nuevas
tecnologías de la información y las comunicaciones han permitido deslocali-zar
y flexibilizar multitud de puestos de trabajo; mejorando no solo el produc-to
y los costes de las empresas, sino también la calidad de vida de sus emplea-dos;
los cuales se han convertido en el activo más valioso de cualquier
organización dado el tiempo, esfuerzo y dinero que cuesta atraerlo, formarlo y
retenerlo.
Asistimos diariamente a una lucha fratricida entre diferentes organismos
públicos y privados por hacerse con el mejor talento. Una lucha que empieza
ya a afectar de pleno a las Fuerzas Armadas y, como no, también a la Armada.
Grandes multinacionales y también numerosas PYMES han observado el gran
valor añadido que aporta el personal militar a sus plantillas, y se han lanzado
de pleno a captarlo.
La Armada tiene un gran factor de ventaja, la vocación de quienes pertene-cen
a ella. No obstante, quedarse atrás y no querer aceptar la realidad de este
cambio puede suponer un problema en un futuro; pues nuestro personal tiene
actitudes y aptitudes cada vez más apreciadas en el sector privado.
2021 957