hay que reconocerle a Eubank cierta ambi-ción.
De recordar al segundo se encarga uno
de los personajes de la película (Paul), friki
obsesionado con Alicia en el país de las
maravillas, que lleva a todas partes un conejo
de peluche al que los personajes se empeñan
en salvar. Una alusión estéril al clásico, pues
ni la atmósfera de la cinta tiene que ver con la
obra inmortal de Carroll, ni el inge-nio
de este se ve por ninguna parte.
De Lovecraft es del que se supo-ne
se ha extraído la idea general de la
película, no solo por el género al que
pertenece (el thriller y, por momen-tos,
el terror), sino por el relato publi-cado
en 1928, The Call of Cthulhu,
donde una criatura monstruosa, con
alas y garras de dragón y cara de
pulpo, hibernaba bajo una ciudad
submarina. El peligro latente que
representaba Cthulhu, que en cual-quier
momento podía despertar,
podía ser una metáfora del periodo de
entreguerras cuando simbolizaba la
angustia de la humanidad por una
nueva guerra mundial.
Atractivo punto de partida para
Underwater al que, por desgracia, el
realizador no saca provecho. Por
el contrario, Eubank se queda tan
solo con lo supuestamente comercial,
sin ahondar en el asunto, ni pararse a
perfilar mínimamente los caracteres.
Con cierto mensaje ecologista (la
humanidad ha despertado el mal que
habitaba en las profundidades por
culpa de las perforaciones del sub-suelo),
el cineasta apuesta por lo de
siempre: el aparatoso retrato del
monstruo como parte del derroche de efectos
especiales, en una superproducción más sin
sentido ni calidad.
Fernando DE CEA VELASCO
CINE CON LA MAR DE FONDO
(Retirado)
1020 Diciembre