Teniendo en cuenta la distribución del gráfico anterior, existen muchos
Estados capaces de satisfacer una demanda más que suficiente para mantener
una flota de submarinos nucleares. Del mismo modo, aunque países como
Estados Unidos, Canadá o Australia imponen estrictas medidas de control y
seguimiento a sus exportaciones de uranio y prohíben su uso para fines milita-res,
no es descabellado pensar que un país interesado en desarrollar un progra-ma
nuclear, fuera capaz de adquirirlo a través de otro Estado (10).
El factor limitante no se encuentra, por tanto, en la obtención de materias
primas sino en la capacidad de enriquecimiento del uranio hasta niveles
útiles para un reactor naval. La tecnología necesaria es extremadamente
compleja y está al alcance de muy pocos. El mercado de enriquecimiento de
uranio está dominado por China, Francia, Rusia y la multinacional europea
URENCO (11).
El nivel de enriquecimiento del uranio tradicionalmente empleado en la
propulsión de submarinos nucleares es similar al armamentístico —superior al
90 por 100— aunque teniendo en cuenta su peligrosidad y dificultad de obten-ción,
cuatro de los seis países con esta capacidad, están virando hacia platafor-mas
que funcionen con HEU
de bajo enriquecimiento, osci-lando
alrededor del 20 por 100
o 40 por 100 de U-235. Sin
embargo, estos niveles ya
suponen un grado de enrique-cimiento
muy superior al
necesario para alimentar un
reactor nuclear civil típi-co
(12).
Dado el elevado coste de
esta tecnología y la dificultad
de adquirir el combustible
nuclear refinado, durante años,
los únicos Estados firmantes
del TNP que han sido capaces
de incorporar esta arma han
sido los propios Estados
nucleares. Sin embargo, a lo
TEMAS PROFESIONALES
Figura 2. Resumen de reactores nucleares navales (13)
(10) Ibid.
(11) Ibid.
(12) HIPPEL, F. V. (2019): Mitigating the Threat of Nuclear-Weapon Proliferation. Journal
for Peace and Nuclear Disarmament.
(13) THIELMANN & KHELLER-VERGANTINI, op. cit.
916 Diciembre