TEMAS PROFESIONALES
cuencias: la primera, el personal de la antigua escala de oficiales tuvo la posi-bilidad
de integrarse en la escala de oficiales 39/07 y «relanzar» su carrera
profesional, lo cual permitió a la Armada poner en el candelero a personal de
gran valía que, por diversas circunstancias, no había podido ingresar en la
escala superior. La segunda, que no todos los CF/TCOL de la nueva escala
iban a tener vacante para ascender a CN/COR. Dado que a los oficiales de la
escala superior no se les dio la opción de integrarse o no en la nueva escala,
no les quedo más que cruzar los dedos y esperar que la aplicación de la nueva
ley no les perjudicara. Pasados los primeros años, en los cuales la aplicación
de la ley fue gradual y además se permitió el ascenso a CN/COR a numerosas
promociones en su pase a la reserva, hemos entrado en la fase en la que una
parte importante de las promociones que ingresaron como escala superior
agota sus oportunidades de ascenso sin que este se produzca. En este último
aspecto, es importante diferenciar la casuística del personal al que la LCM le
cogió en los empleos de capitán de corbeta/capitán de fragata o aquel de
nuevo ingreso o que estaba en los primeros empleos de su carrera cuando
entró en vigor la LCM.
Hablaremos primero de los que no tuvieron margen de maniobra.
Aunque la LCM reserva el término «retención» para el personal que por
diversas circunstancias no es apto para el ascenso o renuncia a este, el senti-miento
generalizado por parte de los no ascendidos tras haber sido evalua-dos
en cuatro ocasiones como «aptos» sin vacante, es el de haber sido «rete-nidos
», esto es, privados del ascenso, la sensación de que se han cambiado
las reglas del juego a mitad de la partida, en muchos casos sin margen para
poder orientar su trayectoria a lo exigido por la LCM y las normas de
evaluación que se derivan de ella. Aunque no existiera una normativa que
asegurara el derecho a alcanzar determinados empleos en la carrera militar,
lo cierto es que el ingreso en las FF. AA., que conlleva un gran componente
vocacional, en el caso de la escala superior iba aparejado a destinos exigen-tes
—dejando otros destinos para las escalas medias, a extinguir y de
complemento— y a una expectativa de trayectoria profesional que termina-ba,
en la gran mayoría de los casos, alcanzando la graduación de CN/COR.
Con la integración de escalas y la reducción de la plantilla en los empleos
mencionados, el sentimiento de los «retenidos» es de frustración, sobre todo
al contemplar que el personal integrado desde la antigua escala de oficiales
alcanza, como mínimo, un empleo que en su escala de origen estaba reser-vado
para unos pocos elegidos. Otras de las consecuencias de esta nueva
situación son: el pase a la reserva a los 61 años para aquellos que pretendían
irse a los 58, la imposibilidad de ocupar vacantes en la Reserva para aque-llos
que pretendían alargar su vida laboral (ya que la mayoría se ofrecen
para el empleo de CN/COR) y, retributivamente, una diferencia anual
respecto de los ascendidos.
928 Diciembre