General de brigada D. Ramón Armada Vázquez, jefe de la Brigada Canarias XVI y autor de este artículo
Desde un punto de vista organizativo,
es un éxito y un orgullo para España
asumir el mando de la Brigada Multinacional
del Sector Este, compuesta
por tres mil quinientos militares de
ocho nacionalidades y cuatro batallones
de maniobra (el indio, con una
unidad kazaja, el indonesio, el nepalí y
el español, que cuenta con una compañía
serbia y una sección salvadoreña).
Dos datos: uno, el cuartel general
tiene un 60 % de españoles, cohesionados
al proceder en su mayoría de la
brigada generadora del contingente;
dos, el 80 % del personal de la brigada
es asiático, de Ejércitos desconocidos
para nosotros, aunque poderosos,
con una doctrina y una cultura
diferentes. Esto aporta riqueza en el
liderazgo por ejercer.
Los retos a los que se enfrenta la misión
son de distintos niveles:
A nivel político- estratégico, la degradación
de la situación del país, con
la implicación de actores internacionales
(Irán, países del Golfo y países
occidentales) en apoyo a su grupo religioso,
podría desembocar en disturbios
a nivel nacional y, en el peor de
los casos, en otra guerra civil. Respecto
a la velada guerra entre Israel e Irán
por el programa nuclear de este y el
refuerzo militar de Hezbolá, el sur del
Líbano es el campo de batalla ideal.
Así, la comunidad internacional tiene
el reto de evitar el desplome del país y
el uso de su región sur como proxy de
los enfrentamientos irano-israelíes.
El cumplimiento de la Resolución
1701 debe impulsarse desde el más
alto nivel político para conseguir que
sean las LAF las únicas que operen en
el sur del Líbano.
A nivel operacional, el cambio de FC
supone el reto más inmediato al que
se enfrenta la misión. Siempre que
se producen relevos, se suele «probar
o chequear» al entrante. También
se suele «avisar» y, en los meses previos
a su llegada, hubo un incremento
de denegaciones de movimiento,
acciones agresivas y ataques de la
«resistencia» a patrullas de UNIFIL.
Otro desafío serán las críticas de algunos
países del Consejo de Seguridad
sobre la falta de progreso en
la aplicación de la resolución. Finalmente,
será un reto mantener la moral
y las capacidades de las LAF con
la crisis.
A nivel táctico, tenemos el desafío de
conservar el apoyo de la población,
reforzar las LAF y preservar el equilibrio
en la ejecución del mandato para
evitar que se nos acuse de imparcialidad.
Para ello, nos enfrentamos a la
guerra de las percepciones y al discurso
de la «resistencia».
62 / Revista Ejército n.º 976 • julio/agosto 2022
Como conclusión, esta misión es de
una gran rentabilidad para España.
Ante las NN. UU., aportamos una contribución
altamente valorada al servir
de catalizador de capacidades que
otros países no tienen, como mando
y control, fiabilidad, estándares… En
Oriente Próximo, todos los actores
saben que España es responsable del
sector más complicado de UNIFIL, el
de mayor número de violaciones, el
más heterogéneo y la vía principal de
penetración de Israel al Líbano.
También aporta un alto valor a nuestras
Fuerzas Armadas por la preparación
que alcanzan nuestras brigadas
de combate y por la formación en liderazgo
de nuestros militares, desde
los jefes de pelotón, que realizan las
patrullas, hasta los oficiales del Estado
Mayor, que deben sacar lo mejor
de los extranjeros que conforman la
brigada.
Son muchos los artículos y estudios
que a lo largo de los años han analizado
de forma expedita el papel del
contingente español. Este número
extraordinario no pretende incidir
en datos conocidos ni en las capacidades
adicionales que España vaya
a desplegar finalmente con motivo
de la asunción del mando de la misión.
Tampoco pretende relatar la misión
realizada por el contingente de