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En este contexto, procede reseñar que
los pueblos se han constituido en la lucha,
pero no solo en la pelea a sangre y
fuego, sino también en otros órdenes
de índole espiritual, como la religión,
el derecho y todos aquellos ámbitos
de la cultura que han servido para su
constitución.
En este sentido, resultan cuanto menos
anecdóticas las ideas antimilitaristas
que propugnan la desaparición
de los ejércitos fundamentadas en un
«buenismo» pueril que, por ignorancia
o dolo, pretenden desplazar a los ejércitos,
relegándolos a un plano secundario
en la génesis de nuestra sociedad
ignorando que la participación de
los mismos, tanto en el plano material
como moral ha sido decisiva en el origen
y gobierno de ella.
En este entorno, quizá proceda reseñar
la opinión de Ortega y Gasset11 sobre
los ejércitos cuando el filósofo en su
obra La España invertebrada afirmaba:
«Medítese un poco sobre la cantidad
de fervores, de altísimas virtudes, de
genialidad, de vital energía, que es
preciso acumular para poner en pie un
buen ejército. ¿Cómo negarse a ver en
ello una de las creaciones más maravillosas
de la espiritualidad humana? La
fuerza de las armas no es fuerza bruta,
sino fuerza espiritual».
Como punto final, procede terminar
con la hermosa estrofa que Pedro
Calderón de la Barca12 dedicó en el siglo
xvii a la Infantería española y, por
ende, al Ejército. ¿Cómo no ver en ella
esa fuerza espiritual que cita Ortega?
Recreémonos con sus versos:
Aquí la más principal
hazaña es obedecer
y el modo como ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí en fin la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la fineza, la lealtad, el
valor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.
BIBLIOGRAFÍA
- Arencibia, J. (1978). Los valores
morales y las FAS. Editorial católica.
Santa Cruz de Tenerife.
- Díez-Alegría, M. (1972). Ejército y
sociedad. Alianza Editorial. Madrid.
- Ercilla, A. (1569). La Araucana.
Madrid.
- García, J.A. (1987). La identidad
de las Fuerzas Armadas. Colección
Adalid. Servicio de Publicaciones
del EME. Madrid.
- Juan Pablo II. (1989). Discurso a
los jóvenes militares. L´Osservatore
Romano.
- Martín, H. (1976). Ideología y política
en las FAS. Editorial Industrial
litográfica. Valladolid.
- Padilla, M. (1596). Carta a su hijo.
Madrid.
- Ortega y Gasset, J. (1921). La España
invertebrada. Alianza Editorial.
Madrid.
- Muñoz, A. (1997). Unas nuevas
Fuerzas Armadas. Revista española
de defensa, n.º 107.
- Vallescillo, A. (1864). Comentarios
históricos y eruditos a las Ordenanzas
Militares. Imprenta D.P.
Montero. Madrid.
- Villamartín, F. (1883). Obras completas.
Madrid.
- Vigón, J. (1953). Hay un estilo militar
de vida. Editora nacional. Madrid.
- Reales Ordenanzas para las
Fuerzas Armadas. Real decreto
96/2009 de 6 de febrero.
NOTAS
1. Martín Padilla. Adelantado Mayor
de Castilla. Carta a su hijo sobre las
características de la profesión militar
(1 de mayo de 1596).
2. Manuel Díez-Alegría Gutiérrez. Militar
y diplomático. En el discurso
de ingreso en la Real Academia de
Ciencias Morales Políticas (5 de
marzo de 1968).
3. John Keegan. Historiador y analista
militar.
4. Jorge Vigón Suero-Díez. Militar y
político.
5. Francisco Villamartín y Ruíz. Militar
y tratadista del siglo xix.
6. Alonso de Ercilla y Zúñiga. Autor de
la obra literaria La Araucana.
7. Francisco Villamartín y Ruíz. Militar
y tratadista del siglo xix.
8. Antonio Vallescillo Luján. Militar y
tratadista del siglo xix.
9. Juan Arencibia Torres. Coronel. Autor
de Los valores morales y las FAS.
10. José Ortega y Gasset. Filósofo.
11. Pedro Calderón de la Barca. Dramaturgo
del Siglo de Oro.■