SECCIONES - OBSERVATORIO INTERNACIONAL
LA REGIÓN INDO-PACÍFICO EN PRIMER
PLANO DE LA ACTUALIDAD
Alberto Pérez Moreno
Coronel de Infantería DEM retirado
En un momento en que la atención del
mundo se centra en la guerra en Ucrania,
que ha entrado en su quinto mes,
la región Indo-Pacífico no deja de estar
en un primer plano. El lanzamiento
por EE. UU. del Marco Económico
del Indo-Pacífico (IPEF) y las nuevas
reuniones con ASEAN y Quad, junto
con la búsqueda por China de nuevos
acuerdos en el Pacífico Sur, y su presión
sobre Taiwán, son una muestra
de sus visiones contrapuestas sobre
la región, como se ha puesto de manifiesto
en el Dialogo de Shangry-La.
Y aunque la sugerencia de la Secretaria
del Tesoro estadounidense, Janet
Yellen, de eliminar aranceles de algunas
importaciones de bienes de consumo
chinos, parecía indicar una disminución
de la tensión entre EE. UU.
y China, la posterior prohibición de la
importación de materiales chinos hechos
en Xingiang provocaba nuevas
tensiones1.
EL MARCO ECONÓMICO DEL
INDO-PACÍFICO (IPEF) Y LA
EXPANSIÓN CHINA EN EL
PACÍFICO
En su visita de cuatro días a Japón
y Corea del Sur el presidente Biden,
además de mantener la 4ª reunión del
Quad, el 23 de mayo lanzaba en Tokio
el IPEF: una iniciativa económica no
convencional que tiene como objetivo
contrarrestar la creciente influencia
china en la región y es piedra angular
de la estrategia norteamericana
en Asia. Inicialmente decidieron participar
en IPEP, Japón, Corea del Sur,
Australia, Nueva Zelanda, Singapur
y Malasia; mientras India, Vietnam,
Indonesia Tailandia, Brunei y Filipinas
mantenían dudas, y solo Myanmar,
Laos y Camboya, además de la
excluida China, quedaban fuera. Los
12 países del IPEP, que suponen un
40 % del PIB de la economía mundial,
se comprometieron a negociar
en cuatro áreas: facilitar el comercio
digital, energía limpia y descarbonización,
resiliencia de la cadena de suministros
y anticorrupción e impuestos,
aunque no han declarado en qué
áreas participarán. Además, India,
que también participa en Quad, ha
ignorado las sanciones de EE. UU. y
aumentado su comercio con Rusia,
mientras Tailandia busca lazos más
estrechos con China. Taiwán, aunque
cuenta con el acuerdo EE. UU.-Taiwán
de junio del 2022, también mostraba
su interés en participar, pero quedaba
fuera para asegurar la participación
de otros países2. El IPEF no es un
acuerdo de libre comercio, no promete
mayor acceso al mercado estadounidense,
ni recorte de tasas arancelarias,
solo exige «compromisos de alto
nivel» cuya negociación llevará de 12
a 18 meses. Razones que han suscitado
críticas, hasta el punto que William
Pesk considera el IPEF un intento de
recrear el Pacto Trans-Pacifico en términos
baratos. En definitiva, que tiene
más forma que substancia y es mássimbólico
que operativo3. No obstante,
en la cumbre U.S.-ASEAN de mayo,
la administración Biden prometió 150
millones de dólares en programas de
capacitación marítima para demostrar
el «compromiso duradero de su
estrategia asiática», aunque China ya
había prometido 1500 el año pasado4.
Por su parte China trata de contrarrestar
la influencia norteamericana
en el Indo-Pacífico, y además de actuar
por medio de la Asociación Económica
Integral Regional (RCEP), y
la Iniciativa «Belt & Road», en abril
firmó un pacto de seguridad con las
Islas Salomón al contar con la colaboración
del primer ministro Sogavare,
pese a que la población prefería
alinearse con democracias liberales.
El pacto, vago en sus términos, pero
que permite a Pekín hacer escalas en
las Islas Salomón, desplegar fuerzas
para sofocar disturbios y «mantener
98 / Revista Ejército n.º 976 • julio/agosto 2022