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Historia 154
MEMORIAL ARTILLERíA, nº 176/1 - Junio 2020
de
da resolverse definitivamente
este asunto...”18.
Estudia el prontuario del
comandante Salas y con-cluye
que la mejor forma
de puntería es el octante
y el alza flexible. Como se
observa en la figura 719, al
introducir, tanto el octante
como el alza, en el casca-bel
de forma paralela al eje
del ánima, se consigue una
puntería siempre constante
con el brocal evitando los
errores que se cometían con
la escuadra de perpendículo
al introducirla en tubos con
desgastes e imperfecciones
en el ánima.
Este tipo de material fue
prontamente sustituido por
las alzas, tanto de fabrica-ción
extranjera, como las de
diseño nacional, como el alza
construida en 1846 por el bri-gadier
D. Víctor Duro.
Colocada en la culata del
cañón, y tomando como refe-rencia
el brocal del tubo, per-mitía
determinar el ángulo
vertical de puntería gracias
a una escala en línea, sien-do
este uno de los primeros
modelos de alza empleados
en España.
Posteriores evoluciones
fueron el sitómetro, el cli-tógrafo,
nivel de puntería
Maldonado, el nivel de doble
graduación, las alzas ordi-narias
(unidas al montaje)
hasta llegar a las actuales
escuadras de nivel ya de uso
generalizado en la Primera
Guerra Mundial
(18) Memorial de Artillería serie 01 año
1848 tomo IV entrega IX
(19) Memorial de Artillería serie 01 año
1848 tomo IV entrega IX
Estas alzas que en princi-pio
se utilizaban para alzar la
pieza y conseguir un ángulo
de tiro, fueron evolucionado
hasta llegar a ser correctores
en dirección, poniendo las
bases del nacimiento de la
puntería indirecta y el con-cepto
de deriva como se ob-serva
en la figura 10A.
En dicha figura se observa
que el alza ya nos va a facilitar
la introducción de correccio-nes
en dirección y con el pun-to
de mira o brocal fijaremos
la puntería. Esta división del
alza en milímetros surgió con
el concepto de milésima artille-ra
que es el ángulo que forma
un metro a un km, es decir:
1.000 mm /1.000.000 mm =
1/1.000. Al estar el alza de la
pieza en mm, es mucho más
fácil introducir las correcciones.
Llegados a este punto, y
con la incorporación del nivel
para apuntar el tubo en eleva-ción,
tenemos que detenernos
para mencionar brevemente
un conflicto que revolucionó
el arte de la artillería, tanto
en su forma técnica, como
táctica: la guerra Franco-Pru-siana
de 1871, donde se co-menzaron
a rayar los tubos,
se incorporaron los primeros
órganos elásticos, la avan-carga
fue sustituida por la
retrocarga y las pólvoras que
proporcionaban mayores al-cances
obligaron a la artillería
a retrasar sus asentamientos
y separarse de la infantería.
Este aumento de alcance, al
no existir ya un contacto vi-sual
con el enemigo, forzó a
incorporar un nuevo tipo de
puntería –la indirecta– en de-trimento
de la directa.
Un momento importan-te
es el destacado en el Me-