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Por lo tanto, el interés puesto de manifiesto
en la Directiva está en línea con el de nuestros
aliados, fruto de los compromisos adquiridos.
Conforme a estas consideraciones, diversos do-cumentos
relacionados con la Fuerza 2035 y
desarrollados en base a la Directiva, presentan
propuestas para mantener, modernizar y actua-lizar
las capacidades de la AAA del ET, para dar
respuesta tanto a las amenazas convencionales
como las nuevas UAS o RAM en escenarios de
gran complejidad. El Concepto de defensa an-tiaérea
del EME del 2019, trata las necesidades
de contar con sistemas SHORAD misil y cañón
con la adecuada movilidad y protección para el
apoyo a la fuerza, la evolución de los sistemas
de mando y control COAAAS, los sensores para
las nuevas amenazas, la modernización de los
La artillería antiaérea de la Fuerza.
sistemas NASAMS y PATRIOT y disponer de un
sistema de media altura de altas prestaciones.
Si bien el punto de partida para nuestro ET
es de ventaja con respecto a otras naciones y
las necesidades operativas y de estado mayor
están identificadas, ahora faltan por concretar
los programas de desarrollo que permitan man-tener
el nivel y, en su caso, adaptarse a las nue-vas
amenazas que, por otra parte, como hemos
comprobado, otros ejércitos ya han desarrolla-do
y puesto en marcha. De no actuar no solo
no se mantendría el nivel, sino que se perderían
capacidades críticas debido a que parte de los
sistemas de mando y control y de armas, alcan-zarían
el final de su vida operativa sin sustitu-ción
o sin la necesaria modernización.
tendencias e indicios en Artillería
En cuanto a la respuesta de nuestro ET, la tradición de su AAA ha permitido plan-tear
su futuro desde un punto de partida muy avanzado...
CONCLUSIONES
Repasando programas concretos de nues-tros
aliados principales, hemos podido com-probar
cómo, en casos determinados, de ape-nas
plantearse la necesidad de contar con
AAA en sus ET, han pasado a realizar cam-bios
organizativos de importancia para volver
a implementar esta capacidad. De esta forma,
se preparan para dar respuesta a los compro-misos
que exigen disponibilidad para actuar
en escenarios donde la superioridad no está
garantizada y frente a amenazas más comple-jas.
De mayor importancia es que, más allá de
planteamientos, gran parte de estos cambios
y desarrollos ya se han puesto en marcha, lo
que constata la tendencia.
Por tanto, estos cambios generalizados de-muestran
un ascenso significativo de las ca-pacidades
de AAA en los ET, tanto de mando y
control como de alerta y respuesta. Desde los
casos más claros como son Reino Unido, que
recupera gran parte de las capacidades trans-feridas
al EA y las aumenta tanto en alcances
a medias alturas como de mando y control, o
Alemania, que articula de nuevo unidades de
AAA en el ET y retoma programas de desarro-llo,
a los casos de Francia y Estados Unidos,
cuyos ET nunca renunciaron a esta capaci-dad
y que, además, ahora se modernizan y
adaptan con programas en desarrollo.
En cuanto a la respuesta de nuestro ET,
la tradición de su AAA ha permitido plantear
su futuro desde un punto de partida muy
avanzado, tanto por sus capacidades y orga-nización,
como por la preparación y forma-ción
de sus unidades y personal. Conforme
a los nuevos escenarios y amenazas presen-tados,
rápidamente se han desarrollado los
conceptos e identificado los programas de
desarrollo. Ahora es necesario concretar-los
y ponerlos en marcha, de manera que se
pueda mantener la capacidad de respuesta
adaptable y adecuada a las necesidades de
la Fuerza, para responder de manera eficaz a
los compromisos adquiridos. Todo ello, sien-do
conscientes de las modificaciones y limi-taciones
que puedan producirse derivadas de
la financiación, capacidad de contratación e
industrial de nuestra nación.